Tienes la misma culpa que tengo
Aunque te cueste admitir
Que sientes como siento
La almohada no suele mentir
Yo no quería amarte
Tú me enseñaste a odiarte
Todos los besos que me imaginé
Vuelven al lugar donde los vi crecer
En Saturno, viven los hijos que nunca tuvimos
En Plutón, aun se oyen gritos de amor
Y en la Luna, gritan a solas tu voz y mi voz, pidiendo perdón
Cosa que nunca pudimos hacer peorLe tomó dos semanas, tres casos fuera de Washington, para que Emily lo llamara en mitad de la noche y le confirmara que estaba lista, que en la mañana se encontrarían en la clínica para terminar con todo. Él había insistido en pasar a recogerla pero ella se había negado todas las veces.
El miedo por las agujas hacia que Emily estuviera más nerviosa que nunca, el problema de tener que hacerse millones de pruebas antes cualquier procedimiento a veces le parecía un poco innecesario.
Ahora estaban allí en mitad de un pasillo que parecía estar olvidado, absolutamente nadie caminaba por allí y ellos estaban sentados uno al lado del otro frente a la puerta del lugar, otro problema eran los hospitales privados, demasiada confidencialidad que le hacía creer que estaba haciendo algo malo, pero Elizabeth había insistido cuando ella de lo había contado, había movido todos los hilos para que estuviera sentada allí y sabía que sólo así sería tratada con respeto.
Ni siquiera había notado que estaba extremadamente ahogada en sus pensamientos hasta que la mano de Aaron se posicionó sobre su pierna que no paraba de mover.
- Te dije que te tomaras un té.- La regañó cariñosamente, lo supo por el tono.
- Y yo te dije que odio el té.- Rebatió, no tan amablemente como él.
- No entiendo como no puede gustarte.
- Y yo no entiendo como no te gusta el café.
- Sí, me gusta.- Ella levantó la ceja pidiendo una explicación.- Empecé a beberlo cuando estuviste en París.
Ninguno de los dos dijo otra palabra, no era tiempo para detenerse en detalles del pasado, no cuando estaban a punto de cambiar el futuro para siempre.
Sintió el apretón en su muslo al segundo en el que había vuelto a mover la pierna. Estaba agotada y ni siquiera había comenzado el proceso real, no pudo evitarlo, posó su cabeza en el hombro de Aaron, dejándose caer en él, tomando su mano y enredando sus dedos con los de él.
Miró su muñeca notando el reloj, no había querido mencionar ese detalle la última noche, en esa cabaña de Rossi, pero ahora al pasar uno de los dedos de su mano por el material un tanto frío, no puedo evitarlo.
- Aún lo llevas puesto.- Señaló, con obviedad, como si él no lo supiera.
- Que una niñata me haya dicho que no tiene importancia no significa que lleve razón en eso.- La hizo sonreír.
Volvió el silencio, roto sólo por un largo suspiro de Emily y sus siguientes palabras.
- Cuando tenía quince años me prometí a mí misma que no volvería a hacer esto.
- ¿Estás segura de que quieres... hacerlo?- Preguntó temeroso y ella levantó la cabeza para mirarlo de frente.
- Es lo que ambos queremos, ¿cierto?- Le devolvió con el mismo hilo de voz.
- Cierto.- Dejaron escapar el aire de sus pulmones, a veces las cosas fáciles parecían difíciles, entonces las difíciles parecían imposibles.
- Lo notaste.- Miró al suelo moviendo sus pies hacia delante y hacia atrás, un pensamiento que la había perseguido durante días.
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❝𝐼𝑛𝑒𝑣𝑖𝑡𝑎𝑏𝑙𝑒𝑠❞
Fiksi Penggemar¿La Reina del Hielo puede derretirse lo suficiente como para vivir en el infierno de una bestia? ¿Puede la bestia convertir su corazón en un bonito copo de nieve? ⊱⋅ ──────────── ⋅⊰ ♡・゚:*。.:*・゚ ¿ǫᴜé ᴘᴀsᴀ ᴄᴜᴀɴᴅᴏ ʟᴀ ᴛᴇɴᴛᴀᴄɪóɴ ʏ ʟᴏ ᴘʀᴏʜɪʙɪᴅᴏ...