Capítulo 49: "No me lleves"

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Emily Prentiss abrió los ojos una vez más en la habitación de Aaron Hotchner, su teléfono sonando sobre la mesita de noche avisándole que había un caso activo. Él no estaba a su lado y por la cantidad de llamadas perdidas que tenía suponía que el hombre ya se había preparado totalmente para el día de trabajo que les esperaba.

Tomó una ducha y se lavó los dientes mientras lo escuchaba revolver la cocina. Cuando bajaba las escaleras en su búsqueda, con el mismo vestido de la noche anterior y unas bragas que había encontrado en el cajón, sonrió al sentir ese olor a panqueques recién hechos. Nunca antes había probado unos así y ahora ambos sabían que indiscutiblemente se habían convertido en los favoritos de la morena. Lo admiró durante unos minutos sin que él se percatara de su presencia y finalmente se acercó abrazándolo por la espalda.

- Buenos días.- Pronunció antes de que ella pudiese abrir la boca.- ¿Hambrienta?

- No te imaginas cuanto.- Rieron sin que la morena lo soltara mientras él terminaba de ponerlo todo en su lugar.- Podría hacerte el desayuno yo algún día.- Él soltó una carcajada dándose la vuelta para sostenerla por la cintura.

- ¿Te has vuelto loca?- Emily le dirigió una mirada de pocos amigos.- No quiero morir envenenado por la mujer que amo.

- No sé si ofenderme o sentirme halagada.- Le dio un beso en los labios antes de apartarse de él y empezar a ponerlo todo sobre la mesa.

- Debería enseñarte.- Ella levantó una ceja pidiendo que se explicara.- A cocinar... Siempre te he dicho que me encanta verte en este sitio.

- Pensé que te referías a follarme sobre la encimera.- Volvieron a reír sentándose en las sillas.

- También.- Afirmó.

- Aprenderé a cocinar sólo si eres tú quien me enseña.- Le dijo coqueta y él le sonrió besando su mejilla.

- Por supuesto.- Susurró en su oído y luego le señaló su plato.- Ahora come.

- Dando órdenes desde temprano.- Se quejó mientras devoraba sus panqueques.

- Tenemos un caso desde hace dos horas.- Dijo haciéndole saber que desde ese momento ya había vuelto el jefe Hotchner, aunque activamente era Morgan quien llevaba los casos a la cabeza todos sabían de sobra que seguía siendo él quien los guiaba y Emily estaba feliz por eso, porque adoraba a todos los demás pero Aaron Hotchner no tenía comparación en esa unidad.

Terminaron sus desayunos, ella como siempre demorándose un montón y ganándose todos los resoplidos por parte del hombre. Lentitud se refería a ella comiendo cualquier cosa y era algo a lo que él ya estaba acostumbrado y que ella sabía que de igual forma lo irritaba de una forma tierna.

La llevó hasta su apartamento y la dejó allí, no podían llegar juntos a Quantico, no cuando sabían que todos estaban esperando por ellos. Llegaban tarde, pero no juntos y al menos eso serviría para que nadie hiciera preguntas incómodas.

Cuando Emily llegó a la BAU todos estaban dando los detalles del caso. Era uno de los que ella no soportaba, no cuando incluía a niños indefensos que alguien se había atrevido a asesinar. Su mirada se cruzó con todos los miembros del equipo menos con Hotch, sabía que estaba en modo padre, recordando lo indefenso que estaba su hijo allí afuera solo. Era estúpida la forma en que ella se conectaba con él, con sus sentimientos, y juraba que podía sentir como si fuera ella misma la que estaba perdiendo a su propio hijo.

Se dirigieron a la escena del crimen, los casos en DC no eran ideales, pero al menos no les hacía perder tiempo en viajes. Se reunieron allí con Reid quien empezó a darles más detalles. Esposa, niños, asesino. La mente de la morena parecía reaccionar a cada dolor que se imaginaba.

❝𝐼𝑛𝑒𝑣𝑖𝑡𝑎𝑏𝑙𝑒𝑠❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora