El poeta Daniel Long dijo:
“Mucho de lo que es mejor en nosotros está atado a nuestro amor de familia, que sigue siendo la medida de nuestra estabilidad, pues mide nuestro
sentido de la lealtad.”Todo había pasado muy rápido, habían estado dos días de vigilancia y luego todo había pasado como en una exposición de fotos. Sin tiempo de pensarlo, de procesarlo, sin tiempo para arrepentimiento y cálculo de fallas.
Emily cerró los ojos y suspiró al tener a Strauss enfrente. Todo comenzó a llegar a su mente, como una avalancha, como un balde de agua fría y tuvo que agarrarse a la mesa para contener lo abrumada que se había puesto.
Era aterrador pensar en que en todo ese tiempo George Foyet había estado deambulando por D.C vigilando a Hotch de cerca.
«Sé que me ha estado observando. Es parte de la razón por la que dejé mi puesto. Para que piense que me estoy desmoronando.» Oírlo decir algo así no había sido fácil, por más que siempre lo hubiesen supuesto que fuera algo real lo hacía totalmente aterrador. Lo estaba observando a él y por consiguiente también a ella.
“¿Dónde diablos estás, Foyet?” Había sido la pregunta que se había formulado en su cabeza una y otra vez. Quería que todo acabara, que ese agujero negro los dejara salir sin más.
No había sido fácil la vigilancia, era ella quie se sentaba junto a Hotch durante toda la noche. No habían palabras, solo el sonido de la radio que les avisaba de cada movimiento que ellos no podían ver desde su punto. Y no había sido nada fácil para Emily ver como él se impacientaba cada vez, como temía a que cada paso que estuviesen dando fuese en falso.
Y ninguna pista había logrado calmar las aguas ni siquiera un poco, pero cuando descubrieron que Foyet había estado vigilando a Sam Kassmeyer, el agente encargado de cuidar a Haley y a Jack, fue como si de pronto hubiese caído un rayo sobre esas aguas turbulentas.
Pero, habían llegado demasiado tarde, porque en el momento en el que Hotch lo vio gravemente golpeado y tirado en el suelo supo que no había mucho que hacer.
«Lo siento, Hotch. Lo intenté.» Eran las únicas palabras que le repetía Sam y el moreno sabía que no solo perderían a un buen agente, sino que además su familia ya no estaba a salvo.
Y ni siquiera había sido una lista con nombres de ‘Protección de testigos’, Foyet había conseguido el número de teléfono de Haley como si todo ese tiempo se hubiesen estado ocultando para nada, si como todo eso hubiese sido inevitable.
- Agente Prentiss.- La voz de Strauss la trajo de vuelta a la realidad, se había quedado perdida en su cabeza y por la cara de la Jefa de Sección parecía que habían pasado varios minutos.
- Señora.- Contestó acomodándose en su silla.
- Tengo entendido que el agente Hotchner se las arregló para separarse del equipo.
- No se las “arregló”.- Contradijo haciendo el gesto con sus dedos.- Cuando el Alguacil Kassmeyer estaba en la ambulancia el agente Hotchner se ofreció a ir con él para conseguir respuestas antes de que perdiera el conocimiento.
- ¿Por qué no fue con él?- Emily había pensado en esl varias veces pero finalmente había desistido, no valía la pena martirizarse con algo que ya no tendría arreglo.
- No parecía necesario.
- ¿Eso fue lo que dijo él?- La morena miró a la rubia con tanta rabia que por unos segundos temió que la echara de allí, aunque en el fondo sabía que eso le daría igual a ambas.
- ¿Esto es lo que busca?...- Mantuvo sus ojos fijos en ella mientras se inclinaba para estar más cerca.-...¿Una manera para culpar a Hotch por todo esto?
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❝𝐼𝑛𝑒𝑣𝑖𝑡𝑎𝑏𝑙𝑒𝑠❞
Fanfiction¿La Reina del Hielo puede derretirse lo suficiente como para vivir en el infierno de una bestia? ¿Puede la bestia convertir su corazón en un bonito copo de nieve? ⊱⋅ ──────────── ⋅⊰ ♡・゚:*。.:*・゚ ¿ǫᴜé ᴘᴀsᴀ ᴄᴜᴀɴᴅᴏ ʟᴀ ᴛᴇɴᴛᴀᴄɪóɴ ʏ ʟᴏ ᴘʀᴏʜɪʙɪᴅᴏ...