Capítulo 87: "Sí, señor"

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El caso activo en el que se encontraban había hecho que tanto Hotch como Emily pusieran todos sus sentidos de manera profesional, él volvió a liderarlos mientras ella brindaba su actividad como perfiladora; hacerlo le recordaba lo mucho que amaba su trabajo y que nunca, aunque quisiera, podría borrar lo que era.

Lo primero era que no iban solos, esta vez Strauss los acompañaba, y aunque ya no era tan estricta como en años pasados, ni intentaba sacar a alguno de la unidad, sí que suponía una carga de más para el equipo. Era como estar vigilados, en efecto, por un superior.

Lo segundo era un tanto irónico, después de conocer a Aaron más personalmente que cualquier otra persona, Emily intentaba no pensar en lo mucho que pegaba con ese sitio, un campamento militar para el hombre con las órdenes más estrictas del planeta Tierra.

Estuvo de acuerdo con caminar por el bosque con Rossi, sin demasiada cobertura como para tener que atender a esas llamadas que no dejaban de entrar a su móvil desde la mañana. Eso sí, chocar con una hiedra venenosa la había puesto de un humor un tanto amargo. Las toallitas húmedas de Penelope le habían salvado una vez más, la crema que le había dado Reid la había aliviado un poco y aún así se maldecía el querer llorar al no tener los mimos de su jefe.

En la noche fue mucho más terrible, parecía que dormir con su amiga y Strauss en una misma habitación sólo le causaba estrés, las llamadas que lograban llegar la mantenían el doble de despierta e inquieta, deseaba no tener que responderlas nunca.

Caminó por uno de los pasillos, tenía muchísima hambre y quería fumar, extrañaba hacerlo después de un tiempo, porque sabía que era de las pocas cosas que le proporcionaban calma. Finalmente salió a la parte delantera del bloque donde se quedaban; el ambiente haciéndole sentir que quería regresar a casa cuanto antes.

- Estaba llamándote.- Se sobresaltó al oír la voz de Hotch a sus espaldas; sabiendo perfectamente que no se refería a sí mismo.

- No puedo dormir.- Cambió el tema, cerrando los ojos y abrazándose, queriendo pasarlo todo por alto con la excusa de que sólo estaba siendo una mala noche.- Tengo hambre.- Lo oyó soltar una pequeña risa, acercársele por detrás y finalmente él levantó su brazo para mostrarle el chocolate que le había traído.- Gracias.- Lo tomó sonriente, abriéndolo de inmediato y devorándolo en segundos.

- ¿Por qué te está llamando?- Le preguntó directamente, cerca de su oído y ella no hizo más que quedarse quieta, mirar al frente, aún sin tocarse cuando estaban a centímetros.- ¿Qué quiere Clyde de ti?- Ella tragó, el nudo en su garganta sin dejarla pensar con claridad.

- No lo sé.- Respondió, siendo sincera consigo misma ni siquiera se había molestado en enterarse de cuáles eran los motivos de esas llamadas con tanta insistencia.

- Claro.- Dijo sarcásticamente mientras se alejaba un poco.- Vuelve dentro.

- Volveré en unos minutos.- El hombre detuvo sus pasos y ella finalmente se volteó para mirarlo.

- Entra ahora.- Le ordenó, como si fuese la mayor de las exigencias.

- Aaron.- Pronunció su nombre con tono de rabia, no se explicaba el cómo él podía ser tan tierno y a la vez tan severo.

- Prentiss...- Su apellido fue como un detonante, ahora era ella quien estaba de mal humor, sabiendo que quien le hablaba no era más que su estricto jefe.- ¿Qué está pasando contigo hoy?

- Nada...- Respondió de mala gana mientras él se acercaba aún más.- Estoy teniendo problemas para dormir eso es todo.

- ¿Pesadillas de nuevo?- Su pregunta fue vulnerable, la negación de la morena aún más, pero estaban en medio de un caso y parecía que no había demasiada tiempo para detenerse en ser Aaron y Emily.- ¿Entonces?- No habló obligándolo a acercarse aun más, su mano yendo directamente debajo de su blusa de dormir, sacando el paquete de cigarrillos que escondía en el borde de su pantaloneta. Maldijo que fuera tan astuto, que la conociera tan bien.

❝𝐼𝑛𝑒𝑣𝑖𝑡𝑎𝑏𝑙𝑒𝑠❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora