Capítulo 13: "Una noche"

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“Esta noche dormiré a tu lado de una manera inusual.” - Anónimo.

En el trayecto de Quantico hacia el departamento de Emily, tanto ella como Hotch permanecieron en silencio total, cosa que la morena aprovechó para intentar dormir.

Hotch la observó, lo que veían sus ojos le gustaba; esa mujer era increíble, le gustaba todo de ella, tanto su cuerpo como su carácter. Se preguntó una vez más como podría mantenerse alejado de ella cuando lo único que deseaba era tenerla, poseerla, hacerla suya.

- No deberías dormir tienes una contusión en la cabeza.- La miró serio esperando que abriera los ojos, para luego dirigir los suyos nuevamente hacia la carretera.

- Créeme, lo sé.- Dijo a modo de broma, pero, Hotch se sentía realmente preocupado porque aunque sabía que eran normales los dolores de cabeza después de estas cosas, no se acostumbraba a la idea de ver a la indestructible agente Prentiss derrumbada por una contusión.

Cuando llegaron lo invitó a pasar, sabían que era peligroso estar allí, a solas, en la noche, pero, los dos se morían de ganas de pasar el tiempo juntos.

Emily le ofreció una cerveza y luego se sentaron el sofá; Hotch aprovechó para quitarse la Americana y estar más cómodo.

- ¿No tienes pastillas para el dolor de cabeza?- Preguntó Hotch cuando la vió hacer un pequeño gesto de dolor.

- Ya me he tomado dos en el jet, no creo que pueda seguir tomando más o acabaré teniendo una sobredosis de analgésicos.- Ambos sonrieron.

Hotch tenía que admitir que el sentido del humor y las ironías de Prentiss eran otras de las muchas cosas que le atraían de ella.

- No debes dormir en las dos próximas horas, así que, si no te importa me gustaría quedarme para comprobarte.- Emily miró hacia el reloj y vió que ya era la 1 de la madrugada, pero, lo menos que quería era que aquel hombre se fuera de su casa, así que se limitó a asentir.

Aprovechó para darse una ducha en lo que Hotch encendía la televisión, y después de media hora Emily bajó con un cómodo pijama. Por supuesto, era Emily Prentiss, y todos sus pijamas eran altamente sensuales y provocativos, y eso no pasó desapercibido para su jefe.

- ¿Quieres comer algo?- Le propuso mientras caminaba hacia la barra de la cocina.

- ¿Me estás diciendo que cocinarás para mí, agente Prentiss?- Dijo haciendo ese gesto que tanto le gustaba a Emily, ceja levantada y sonrisa pícara.

- La cocina y yo no nos llevamos muy bien... Créeme, no llegará el día en el que me veas en esa posición.- Ambos rieron. Emily nunca lo había escuchado riendo, sin dudas era una de los sonidos más lindos que había escuchado nunca.- Estaba pensando en brindarte algún pedazo de pizza.

- Emily, hace dos días nos fuimos de viaje, ¿no me estarás brindando una pizza de ese entonces?- Le sonrió.

La morena se perdió por un segundo en sus pensamientos, él la había llamado Emily de nuevo, pero, esta vez no estaba tratando de besarla o de acostarse con ella. Sintió como si fuese la primera vez que en verdad decía su nombre.

- Tienes razón.- Hotch se dió cuenta que su cara había cambiado totalmente.

- ¿Estás bien?- Asintió.- Emily, si estás mareada, dímelo, por favor.- Se sentía encantada por como él se preocupaba por ella, y como una vez más pronunciaba su nombre.

Se lo había prometido a sí misma, que no volvería a estar tan cerca de él, no debía. En cambio, estaba justo ahí, en el sofá de su apartamento, diciendo su nombre con ese tono que tanto le gustaba, pero, estaba mal. Lo que estaban haciendo estaba mal.

❝𝐼𝑛𝑒𝑣𝑖𝑡𝑎𝑏𝑙𝑒𝑠❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora