Capítulo 5: "El Destino"

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El caso de Texas fue uno de esos que dejaban sabor amargo en la boca. Habían rescatado a los niños, pero, Frank, el asesino, había escapado y se había llevado con él a "La Loca Jane" con la excusa de que la amaba.

¡Cómo si los psicópatas pudieran sentir algo por otras personas!

El caso había golpeado a Gideon, sobre todo, porque había trabajado en él años atrás, y ahora se le había ido de las manos.

Por suerte, era sábado y todos pudieron ir a descansar, pero, no sin antes concretar un buen encuentro en algún bar el domingo en la noche.

Emily como siempre había tenido problemas para dormir, a parte de tenerlos desde pequeña, la imagen de su jefe no salía de su mente. Se odiaba así misma por ser tan débil y no poder controlar sus pensamientos.

El domingo en la mañana se sentía agotada, pero, después de un buen baño en su jacuzzi, por fin, la relajación llegó a ella. Así que cuando Penélope la llamó para informarle del bar donde se encontraban se puso algo decente y se dirigió al lugar.

- ¡Emily!- Cuando García gritó su nombre logró localizar la mesa donde se encontraban.

El semblante de Emily cambió por completo, no estaba triste, ni enojada, pero, no esperaba que la esposa de Hotch estuviera allí con ellos.

"Tu mala suerte no tiene límites, Emily" se dijo a sí misma, y el universo a modo de confirmación le envío un vaso lleno de Whiskey directo a su escote.

- ¡Oh!- Gritó la morena cuando sintió los hielos cayendo por toda su piel.

- Lo siento mucho.- Le dijo un chico rubio unos cuantos años menor que ella.- Yo... Soy un estúpido, lo siento.

"Estúpido es poco" pensó Emily.

- No te preocupes.- Intentó controlar su mal humor el cual iba en aumento.

- ¿Puedo hacer algo por ti?

- No.

- ¿Quieres una bebida?

- No me vendría nada mal, la verdad.

- Lo siento mucho otra vez...

- Emily.- Completó la morena.

- Emily. Yo soy Peter.- Ambos estrecharon sus manos.

Después de que el bartender le entregara su bebida, pagada por Peter, él chico se despidió de ella.

Quizás era la primera vez que conocía a un hombre tan amable en un bar, que no intentaba coquetear con ella o persuadirla para que le diera su número de teléfono.

"Quedan muy pocos hombres así"

- ¿Dónde te metiste?- Preguntó JJ en cuanto Emily llegó a la mesa.

- Tuve un pequeño altercado con un vaso de Whiskey.- Explicó señalando su blusa, al mismo tiempo que Hotch miraba de reojo hacia donde la morena señalaba olvidándose por completo de que su esposa estaba a su lado.

- Hola.- La voz de Haley, su esposa, lo sacó de sus propios pensamientos.

- Hola.- Le respondió Emily a la rubia con amabilidad mientras se sentaba a su lado.- Tú debes ser Haley.

- Así es. Y tú Emily Prentiss.- La segunda vez que le estrechaba la mano a alguien esa noche.

Aquel chico le había tirado su bebida encima, y Haley era la esposa del hombre que ocupaba su mente por razones más que profesionales; era casi irónico que aún así fueran una de las personas más amables que jamás hubiera conocido.

❝𝐼𝑛𝑒𝑣𝑖𝑡𝑎𝑏𝑙𝑒𝑠❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora