Capítulo 58: "Ingobernable"

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“Un ingobernable desobediente y con ideas bellas.”

Se despertó antes que ellos y cuando se dio una ducha no pudo evitar quedarse como tonta frente a su cama, viéndolos dormir, abrazados el uno al otro; una imagen que llevaría por siempre en su corazón.

Bajó la cocina a por su café matutino, con unas tremendas ganas de comer esos panqueques que a ella jamás le saldrían. Aún así, lo intentó, justo como había visto a Hotch hacerlos miles de veces y en cinco minutos tenía todo el lugar lleno de humo; agradeció que al menos no fuede suficiente como para alcanzar la alarma antiincendios.

- Eres una mujer adulta, Emily...- La voz de Hotch a sus espaldas hizo que se sobresaltara.-... es imposible que ni siquiera puedas hacer unos panqueques sin quemar la casa.

- Cállate.- Le exigió en tono severo mientras le pasaba un paño para que la ayudara a disipar el humo.

- Buenos días a ti también, mi sol.- Dijo en tono de burla mientras se movía.

Ella se quejó mientras él miraba el destrozo que había hecho con la masa y se reía.

- La parte de mejores en ‘mejores amigos’ se está disfuminando más rápido a cada instante.- Le dijo dedicándole una mirada asesina mientras la risa del hombre aumentaba.

- Necesitas unas clases de cocina con urgencias.- Se acercó a ella, levantándola y colocándola sobre la encimera.- Y un buen polvo que te quite ese mal humor.- Predijo el manotazo que le dio en un hombro antes de intentar empujarlo.

- No vas a volver a follarme, no con ese ego de mierda.- Se burló de él mientras Hotch atrapaba uno de sus pezones sobre la tela de la blusa.- Puedes intentarlo, pero, no voy a ceder.

- ¿Me estás castigando?- Preguntó mordiéndola mientras las caricias subían por sus muslos.- ¿Tú a mí?- Se rió burlonamente, subiendo su rostro para anivelarlo al de ella y enredando una de sus manos en su cabello.

- Búrlate.- Lo retó, intentó besarla, pero ella fue más rápido y movió su cara.

Hotch jaló su cabello al mismo tiempo que rompía sus bragas y devolvía su boca a sus pechos. Su dedo rozó el clítoris de la morena y sonrió al escucharla suprimir un gemido. Una vez más utilizó su otra mano para pner su cabeza a la distancia que quería y esta vez no le dio margen para que pudiera quitarse cuando atrapó sus labios. Luego los besos descendieron por su cuello hasta llegar a su oído.

- Abre más las piernas.- Le exigió en un susurro y ella obedeció casi de inmediato.- ¿Cómo iba eso de ceder?- Se burló de ella una vez más, y con dos de sus dedos penetrándola evitó cualquier comentario que ella iba a soltar, se quedó atascado en su garganta y sólo se oyó un gemido.- Soy tu gobernante.- Ella no pudo evitar reír al escucharlo, tomando la iniciativa de moverse contra él.

- Yo soy ingobernable.

- ¿Si?- Emily asintió y él comenzó a darle vueltas al pequeño botón de la morena con su pulgar.- ¿Estás nuy segura de eso, nena?- Ella gimió, cerrando sus ojos mientras él tiraba de su cabello para correr sus dientes por la piel de su cuello.

- ¡Joder!- Dejó escapar un grito olvidándose de todo mientras sentía su lengua enredándose en su pezón cubierto, sus dedos jamás pararon de moverse dentro de ella y todas las sensaciones que ya casi había olvidado volvían a ella como una ola, golpeándola con fuerzas.

Tuvo que aruñar su cuello y exigir sus labios cuando supo que iba a caer por el borde, gimoteando en su boca, contra su lengua, mientras se corría en sus dedos y empapaba todo. Llevaba un buen tiempo sin alcanzar un orgasmo y ese había logrado desestabilizarla, dejarla prácticamente sin aire y con aún más calor en su cuerpo. Hotch no dejó de mover sus dedos y ella pudo sentir como la recorría otro rayo que hizo que estallara casi de inmediato, esta vez con grito que solo fue opacado por el móvil del hombre sonando a un lado de la isla.

❝𝐼𝑛𝑒𝑣𝑖𝑡𝑎𝑏𝑙𝑒𝑠❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora