Capítulo 68: "Duelo dulce"

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“Hay un momento para el duelo y un momento para seguir adelante.” - Lou de ‘Serpent and Dove’ (Libro)

Siempre se había dicho que el tiempo lo borraba todo o que al menos hacía las cosas más llevaderas. Siete meses no habían servido para nada, nada más que pasarse las noches sin dormir con la cabeza dando vueltas, sin comer, a veces sin ni siquiera ducharse, para pasarse dos meses en Afganistán, sin ni siquiera molestarse en afeitar su barba, en intentar subir a su peso normal. Siete meses que desde el día cero habían sido un infierno, un quiebre en sus cimientos, siete meses que lo habían ido degradando poco a poco, balas más grandes derribándolo por el camino de las mil muertes, y sólo una lo había perseguido insesantemente en esos siete meses.

Recordó sentir el cambio en el aire, ese día en el que el funeral de Haley se llevó a cabo, la pequeña mano de su hijo agarrándose a la suya. Eso tenía la muerte, que con ella suponía un cambio y una responsabilidad gigante. Pero, entonces, nada se había sentido tan real como estar en un cementerio por segunda vez, enterrando a la mujer que más había amado en toda su vida, Emily Prentiss, esa que había estado a punto de serlo todo y se había quedado en un simple y doloroso nada.

Sólo le quedaban esos recuerdos a los que él había prometido renunciar más de una vez, vívidos como si fuese un experimento en vivo y en repetición de los mejores momentos de sus últimos años.

Había decidido él mismo torturarse, ese mes siguiente a su muerte, llevando a cabo el análisis psicológico del resto del equipo, intenatando hacerles una terapia que no daría mucho resultado, todos habían perdido a una amiga y todos sabían que Aaron había perdido más que ellos. Aún así intentaron hacer que la dinámica funcionara evitando desde todos los puntos de vista, tocar detalles demasiado personales.

- Lo entiendo, somos una familia y es importante que las familias hablen... contenerse sólo hará que este sentimiento de tristeza y dolor sea aún peor, ¿verdad?- Comentó Penelope mientras las lágrimas se reflejaban en sus mejillas, y mientras él sentado frente a ella, intentaba contener las suyas.

- Interiorizarlo lo empeora.- Le dio una sonrisa, la analítica mirándolo inmediatamente con cierto reproche, sabiendo que eso era exactamente lo que él estaba haciendo.

- Hablaré.- Aceptó.- Pero... no quiero hablar sobre su muerte, no quiero pensar que ella está muerta... ¿Puedo hablar de cómo me hacía sonreír?- Ambos sonrieron aún más ampliamente, como si ella hubiese sido la luz siempre dentro de cada uno de ellos.

- Por supuesto.

Y así los dos fueron enumerando momentos, compartiendo detalles e incluso secretos. Esos que Penelope no debería saber, pero que en el fondo se alegraba de compartir con alguien más.

No era tan difícil, no cuando se trataba de la persona más dulce del planeta, pero, entonces todo se fue complicando cada vez más, él ni siquiera se sentía con la cordura suficiente como para enfrentarse a las interrogantes de Spencer y Derek y ese vacío emocional que ellos más que otros sentían.

- La última vez que estuve en una terapia como esta fue cuando mi padre se marchó.- Spencer comenzó a hablar, el tono en su voz tan débil como cada fracción de ella que existía muy dentro de todos.- Todo el mundo pensó que yo necesitaba hablar pero madurativamente yo aún no tenía conciencia, sólo pude decir que mi madre y mis profesores me decían que era aceptable. 

- Así que les dijiste exactamente lo que querían escuchar.- Resaltó entendiendo por completo la situación, como si él no lo hiciera un millón de veces en esos días.- Aquí no tienes que hacer eso.

- Es injusto que haya muerto.- Esa frase, los perseguía, lo perseguía a él y a cada noche que no conseguía cerrar los ojos porque simplemente estaba aterrorizado con la idea de que cada vez que lo hacía, esas imágenes, ese momento exacto volvían, tan vívidas y escalofriantes.- Si no podemos mantenernos a salvo los unos a los otros, entonces, ¿para qué nos dedicamos a esto?... Es que... a veces... creo que quizás...- Su voz estaba totalmente rota y sus ojos brillaban, por primera vez Aaron fue capaz de entender porque Emily siempre había sentido una ternura inmensa por el genio.-... Gideon tenía razón, ya sabes, quizás no vale la pena.

❝𝐼𝑛𝑒𝑣𝑖𝑡𝑎𝑏𝑙𝑒𝑠❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora