Capítulo 42: "A solas"

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“Te elijo siempre, hasta en los días que no nos entendamos.”

Ella se quedó con él, durante los 7 días en los que estuvo internado en el hospital. Todos intentando que la morena se fuera a su casa, diciéndole que se rotarían para cuidarlo, pero ella no había querido separarse de él ni por un segundo.

Hotch se había vuelto un insufrible, sobre todo, porque pensaba que tenerla allí tanto tiempo le haría ver a los demás lo que realmente estaba pasando entre ellos. Era un muy mal paciente y Emily empezaba a irritarse con el jueguecito de la indiferencia que él tanto intentaba ganar.

Incluso aunque él mismo se negara a que ella siguiera allí, Emily permanecía a su lado. Discutían por cualquier tontería pero la morena se controlaba sabiendo que todo lo que él hacía o decía para molestarla no era más que un intento de sacarla de allí.

Incluso Rossi se había ganado unas cuantas protestas cuando los había acompañado durante una noche. El italiano había resoplado millones de veces preguntándole a la morena cómo hacía para soportarlo.

Y así habían pasado una semana entera, y ahora a las 10:30 de la noche Emily agradecía que por fin le hubiesen dado el alta.

- ¿Lo recogiste todo?- Emily resopló mientras cerraba la maleta con las pertenencias de Hotch.

- Me lo has preguntado treinta veces.

- ¿Lo recogiste todo sí o no?

- ¡Ya te he dicho que sí!- Le gritó frustrada, Rossi llegando justo en ese momento.

- Buenos noches, señor Gruñón.- Lo saludó el italiano mientras le daba un beso en la mejilla a Emily.- ¿Lista?- Ella asintió dándole la maleta y saliendo de la habitación para recoger los papeles del alta.

- ¿Qué?- Gruñó Hotch cuando su amigo se le quedó mirando.

- Nada.

Ambos hombres caminaron en silencio sin quitarle los ojos de encima a la morena que iba unos pasos más alante.

Rossi se encargó de llevarlos desde el hospital hasta el departamento de Emily viendo resoplar a Hotch una vez más cuando este se dio cuenta hacia donde se dirigían.

- Gracias por traernos.- Dijo Emily en el asiento trasero cuando el italiano aparcó frente a su edificio.

- No voy a quedarme aquí.- Se quejó el moreno haciendo que ella jorobara sus ojos.

- No vas a quedarte solo, ya lo hablamos.

- Llévame a mi apartamento.- Le pidió a Rossi.

- Hotch.- El italiano lo regañó estando de acuerdo con Emily.

- Déjalo, es un idiota.

- Un idiota o lo que quieras pero no pienso quedarme aquí.- La miró finalmente y ella pudo notar lo cansado que estaba, sabía que necesitaba un respiro y que estaba siendo egoísta al no darle su espacio.

- Pues bien, quédate donde te apetezca.- Le dijo bajándose del coche mientras se resignaba a que tal vez ese día debía dejarlo solo.

- Emily.- La llamó Rossi y ella intentó que su rabia no se saliera de control cuando se volteó a mirarlos desde fuera.

- Está bien, Dave, ya no lo aguanto ni un minuto más.

Salió desprendida hacia las escaleras, necesitando estar en su casa una vez más mientras los dos hombres se quedaban en el auto, Hotch sabiendo que Rossi le daría un sermón.

- ¿Contento?- Le preguntó el italiano dirigiéndole una mirada asesina como muy pocas veces hacía.- Pensé que habíamos quedado en que no la alejarías.

❝𝐼𝑛𝑒𝑣𝑖𝑡𝑎𝑏𝑙𝑒𝑠❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora