Capítulo 33: "Vacío"

425 30 15
                                    

Llegó a su casa, su ropa seguía empapada pero sus ojos lo estaban aun más.

Se metió al baño y ni siquiera recordaba que no llevaba bragas. Tomó una ducha larga mientras las imágenes de Roma pasaban por su cabeza, una y otra vez. Las manos de su amigo apretando las suyas mientras le repetía que todo iba a estar bien, y era ella quien deseaba haberlo hecho antes de que él muriera.

Tomó un té e intentó dormir, pero, lo único que consiguió fue dar vueltas en la cama; tenía frío y se sentía sola. No era una soledad cualquiera, era el vacío que provocaba que él ya no estuviera en ese mundo, el vacío que le repetía que ya nunca más lo volvería a ver, que ya nunca más iba a estar allí para ella. Tenía que despejarse porque su cabeza solo le repetía que le había fallado, desde siempre.

Hotch la llamó para avisarle que atenderían el caso más temprano de lo habitual y agradeció que él estuviera preocupándose por ella desde la posición de jefe y que en el ámbito personal no mencionara absolutamente nada.

Llegó a la oficina y enseguida él le ordenó a Derek que la acompñara a la morgue. Nunca había tenido tanto miedo de ese lugar, nunca había temido entrar y ver un cadáver, pero, era su amigo quien estaba allí, acostado como si ya por fin estuviese en paz. Pasó su mano por el cabello del chico que no había vuelto a ver durante esos años, seguía idéntico a Roma y a como lo había dejado la última vez. Su cabello tenía la misma textura que ella siempre adoraba sentir. Sus ojos estaban cerrados, pero, ella los recordaba perfectamente, recordaba como era ver los suyos reflejados en los de él.

Derek y ella consiguieron algunas pistas hablando con la forense y antes de marcharse les pidió un tiempo a solas para despedirse de su amigo. Le susurró el último te quiero y depositó un beso en su frente como él siempre había hecho con ella.

Cuando volvieron se reunieron con los demás mientras comentaban cada pequeño detalle que pudiera darles las pistas necesarias.

Hotch y JJ llegaron de casa de Matthew y le contaron que los padres del chico los habían echado en cuanto habían pronunciado su nombre.

- Les dije que no me mencionaran.

- No nos avisaste de que nos echarían.- Habló JJ.  

- ¿Hay  algo que deberíamos saber?- Emily se quedó mirando a su jefe por un segundo, pensando en que la estaba ayudando y ella ni siquiera estaba confiando del todo en él.

- Matthew y yo nos conocimos en Roma cuando teníamos quince años... Mi mamá estaba asignada allí... A sus padres no les gustaba que andáramos juntos.- Explicó restándole importancia.

- ¿Y todavía guardan resentimiento?- Preguntó JJ. 

- Son extremadamente religiosos... Y siempre pensaron que yo era una mala influencia.

- ¿Tú?- Volvió a preguntar la rubia.

- Sí.- Emily pudo ver una sonrisa en el rostro de su amiga, y la verdad era que había sido una mala influencia, desde pequeña.

- ¿Eso es todo?- Hotch la miró intentando descifrar lo que no les estaba diciendo.

- Eso es todo.- Finalizó alejándose de ellos, pero aun a lo lejos podía sentir los ojos del moreno sobre ella.

Su estado de ánimo era un desastre y pasaba de la depresión a la rabia en tres segundos, le había prácticamente gritado a la esposa de una de las víctimas y se había ganado el regaño de Derek. Pero, estaba irritada y sabía que era cuestión de tiempo para que los echaran del caso, porque Hotch tenía a sus superiores pisándole los talones, y sabía que estaba molesto con ella porque no se estaba comportando como debía en esa situación; era su amigo y era demasiado personal como para ser simplemente la agente Prentiss en un caso.

❝𝐼𝑛𝑒𝑣𝑖𝑡𝑎𝑏𝑙𝑒𝑠❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora