Capítulo 55: "Necesitar-té"

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“Cuando la vida te ofrece un sueño que supera ampliamente cualquiera de tus expectativas, no es razonable lamentarse de su conclusión.” - Crepúsculo. (Libro) 

Emily había salido de la oficina con el alma rota, dejándolo allí, sólo e incluso más destrozado. Le había prometido que no dejaría la unidad y que nada de eso afectaría a su trabajo, él simplemente le había sonreído y le había pedido que se tomara libre el siguiente día. Al final había decidido que JJ la llevara hasta su apartamento, no quería dar explicaciones de ningún tipo y su amiga siempre permanecía en silencio cuando ella lo necesitaba.

El problema del tiempo libre era que hacía que se comiera la cabeza. Y lo peor, era viernes y tendría que estar sola hasta el lunes, ella y sus pensamientos martirizándola constantemente.

Decidió pasarse el primer día completamente tendida en la cama, apenas comió, un paquete de rositas de maíz y un pomo de refresco era todo lo que había en su estómago. No tenía ganas de salir a comer a ningún restaurante y, de hecho, no tenía ganas de comer en lo absoluto. Sabía que debía hacerlo, pero simplemente no podía.

Las náuseas matutinas ya se habían hecho costumbre en esas dos semanas y sabía que eso le gritaba ‘alarma’ por todas partes, pero quería ignorarlo lo más posible, no quería preocuparse por tonterías. El asco a las comidas era otro tema, no podía ni siquiera oler carnes, ni siquiera podía ver el vino que tenía guardado y eso sí que le hacía preocuparse, o estaba loca o estaban pasando cosas en su interior, porque llevaba años siendo fan de esa bebida y ni uno sólo le había causado tanta repulsión.

Suspiró cuando se levantó el domingo, con todo su cuerpo aún adolorido, repitiendo el mismo camino hacia el baño para devolver el poco contenido de su estómago. Sus piernas estaban débiles, sus brazos aún más y sentía que en cualquier momento podría desmayarse. Bajó hasta la cocina e intentó prepararse una sopa, sabía a mil maneras de morir, pero le había hecho sentir mucho mejor; luego se preparó uno de esos té que Aaron tomaba y que había dejado en uno de sus cajones. Odió el sabor, odiaba las infusiones, pero por un segundo sonrió recordando como él las bebía como si fuese ella tomando si café favorito, por unos segundos lo vio sentando en el sofá con su taza mientras veía el televisor, quizás lo necesitaba a él y a sus mimos de cuando estaba enferma.

Suspiró sintiendo las escaleras mucho más difíciles de subir, empezaba a creer que la debilidad se estaban extendiendo por todo su cuerpo. Estuvo durmiendo durante horas, las náuseas volviendo a despertarla ya entrada la tarde y maldijo, cuando estaba dormida era cuando único se sentía bien del todo, física y mentalmente. Respiró hondo al notar que ahora tenía un dolor de cabeza horrible y finalmente se rindió a tomarse esos analgésicos que tanto odiaba.

Una hora después seguía igual, sentada en sofá sin ni siquiera encender la tele, y con todo ese dolor en el cuerpo que le gritaba que nada iba bien.

Entonces, su mente pensó en lo inevitable, en eso que no había querido tocar y que había intentado mantener en lo más profundo, pero tenía lógica, tenía mucha más lógica de lo que ella quería admitir y entonces, sintió que estaba aterrada.

No podía estar embarazada, no después de todo por lo que Aaron había pasado, por lo que ella había pasado, no después de todas esas promesas que habían roto. Él no quería hijos, lo había dejado tan claro que Emily había sentido su pecho apretarse, no quería que pasara algo como esto y ella ya había desistido de esa idea absurda que se había cruzado por su cabeza en apenas dos días. ¿Y si lo estaba? A pesar del accidente, a pesar de todo, ¿qué si estaba embarazada? No, eso la aterraba, le daba tanto miedo que cerraba los ojos y se veía fe vuelta en Roma, con el bote de pastillas en la mano y con una decisión tomada que le ofrecía paz. ¿Sería capaz de acabar con todo una vez más? ¿Sería capaz de negarle la vida a alguien otra vez? No podía pensar en eso, dolía si pensaba que debía hacer algo así de nuevo, porque simplemente no estaría lista para hacerlo una segunda vez. Y si lo estaba, si estaba embarazada y decidía quedarse con el bebé entonces debía hacerlo todo ella sola, porque Aaron tenía a Jack y no podría soportar otra carga, eso sería su bebé para él, otra carga, y ella no estaba dispuesta a que pasara algo como eso.

❝𝐼𝑛𝑒𝑣𝑖𝑡𝑎𝑏𝑙𝑒𝑠❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora