El viaje desde el bar hasta el departamento de Emily era tranquilo y absolutamente silencioso. Ninguno de los dos se había atrevido a decir nada, aunque en el fondo sabían que tarde o temprano debían hablar de lo que había pasado entre ellos hacía dos semanas en la oficina de Hotch.
Emily miraba por la ventanilla perdida entre las luces de DC y las personas que caminaban por las calles, sin percatarse de que el moreno tenía la vista no solo en la carretera sino también en ella.
Mientras pasaban por una de las esquinas menos transitadas de la ciudad, ella pudo ver como dos adolescentes de no más de 15 años se escurrían hacia una esquina oscura, sonrió con amargura al recordar como a esa edad ella hacía exactamente lo mismo, sin preocupaciones y olvidándose de todo lo demás, eso la llevó a uno de los recuerdos más doloroso de su adolescencia, pero lo hizo a un lado rápidamente, aunque la siguiente pregunta que se formó en su cabeza fue igual de incómoda.
¿Acaso era así como se estaban comportando ella y Hotch, como dos adolescentes escurridizos? ¿A su edad estaba cometiendo los mismos errores de su adolescencia?
Cerró los ojos y suspiró.
- ¿Todo bien?- La voz de Hotch la sacó de sus pensamientos.
- Sí.
- Deberías dejar de pensar tanto todo.- Ambos sabían que aquel consejo tenía un doble sentido.
- No me perfiles.- Le dijo de mal humor aunque sin saber realmente por qué se comportaba así.
Él la miró rápidamente y volvió a dirigir la vista a la carretera hasta que llegaron a su destino.
- ¿Puedo acompañarte hasta la puerta?- Preguntó temeroso. Ella solo asintió y caminaron juntos en silencio hasta llegar.
Emily abrió la puerta rápidamente y entró quedándose detrás de esta.
Lo miró tímidamente, allí parado en el pasillo, tan tranquilamente.
Su traje aún tan perfecto desde la mañana, su cabello un poco despeinado. Con las manos dentro de los bolsillos de su pantalón como siempre hacía. Cuando sus ojos se encontraron supo que él estaba haciendo lo mismo, detallándola, estudiándola, perfilándola. No estaba permitido perfilar a ningún compañero, pero, esa era la naturaleza de ambos, era algo inevitable.
Inevitable como todo lo que ocurría entre ellos, como todo lo que ocurría cuando estaban solos, como esa noche en que la había besado o esa vez en la que habían tenido sexo en su oficina.
Emily aún recordaba su primer beso, y aún recordaba la vez que la había tocado la primera vez, y por supuesto también la vez en la que habían roto todas las reglas. No habían ni siquiera tocado ese tema, él la había estado llamando al día siguiente y ella había evitado cada una de esas llamadas. Pero, ahora estaban solos, una vez más, y sabían que tenían que hablarlo, sabían que era algo inevitable.
- ¿Podemos hablar?- Preguntó él con seguridad dando dos pasos hacia la puerta. Ella solo asintió y lo dejó entrar hasta que quedaron frente a frente en el pasillo de su apartamento, una vez más.
Él la miró directamente a los ojos, esta vez estaba seguro de que ella estaba nerviosa.
- Emily.. lo que pasó en mi oficina la otra noche.- Ella suspiró y bajó la mirada.- Mírame.- Lo hizo.- Necesitamos hablarlo. Necesito saber si lo disfrutaste tanto como yo.
- Hotch.- Dijo su apellido intentando quitarle lo personal al asunto. Él, en cambio, se moría de ganas de volver a oírla decir su nombre.
- Soy Aaron. ¿Por qué no me llamas por mi nombre?- Le preguntó dando un paso hacia ella.
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❝𝐼𝑛𝑒𝑣𝑖𝑡𝑎𝑏𝑙𝑒𝑠❞
Fanfiction¿La Reina del Hielo puede derretirse lo suficiente como para vivir en el infierno de una bestia? ¿Puede la bestia convertir su corazón en un bonito copo de nieve? ⊱⋅ ──────────── ⋅⊰ ♡・゚:*。.:*・゚ ¿ǫᴜé ᴘᴀsᴀ ᴄᴜᴀɴᴅᴏ ʟᴀ ᴛᴇɴᴛᴀᴄɪóɴ ʏ ʟᴏ ᴘʀᴏʜɪʙɪᴅᴏ...