Capítulo 6: "La peor cualidad"

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“Te quiero no sólo por tus virtudes, te quiero por esa mezcla alucinante de defectos y aciertos.” - Anónimo.

Su salida nocturna en conjunto estaba arruinada, había un caso. Lo más espantoso era que ahora el sudes, Tobías Hankel, había secuestrado a Reid y aunque sabían su nombre desconocían su paradero.

Habían encontrado a JJ en el cobertizo de la casa de Tobías justo cuando había logrado ganar valientemente la batalla contra los perros del sudes, pero, a kilómetros se notaba que la rubia estaba realmente aterrorizada. Así que, en la noche en cuanto todos se habían estancado en la investigación Emily decidió buscarla por toda la casa y finalmente la encontró en el baño. JJ seguía en shock y en cuánto sintió una presencia detrás de ella se asustó tanto que le apuntó con el arma.

- ¡Ey! JJ, soy yo.- Le dijo rápidamente.- ¿Estás bien?

- Sí... lo siento... me has asustado.- Balbuceó la rubia.

- Lo siento...- Emily esperó que ella se relajara un poco.- Mañana voy a entrevistar a alguien que conoce a Hankel... ¿Por qué no vienes conmigo? Salgamos de la casa.

- Sí.- Aceptó inmediatamente. Daba lo que fuera por salir aunque sea dos segundos de aquel lugar.

- Vale, estupendo.- Decidió que era mejor dejarla sola un rato y se dispuso a volver junto a Gideon.

- Emily.- La voz de JJ la detuvo.

- ¿Si?

-¿Cómo es que no te afecta nada de esto?- Aquella pregunta la tomó por sorpresa, ni siquiera supo que contestar.

- ¿A qué te refieres?- Le preguntó algo confundida, mientras la rubia se acercaba a ella.

- Vienes de un trabajo administrativo... De repente estás sobre el terreno, rodeada de cuerpos mutilados, y... - Emily estaba tan concentrada en responder aquella cuestión que ni siquiera se dió cuenta de que Hotch se había parado justo detrás de ella, a unos pocos centímetros.- ...ni te inmutas.

- Tiene razón, ni siquiera pestañeas.- Dijo el moreno haciendo que Emily se sobresaltara y se girara hacia él, aún más sorprendida, encontrándose con su mirada antes dirigida a unos papeles que traía en la mano y ahora  completamente hacia ella.

- Yo... supongo... - Balbuceó mientras dirigía su mirada al suelo, en ese punto Hotch ya sabía lo incómoda que la ponía aquella conversación.

En el poco tiempo que llevaban trabajando juntos había aprendido a leer sus microexpresiones aunque casi siempre ella había sabido como ocultarlas.

"¿Qué ocultas?" esa pregunta rondaba en la mente de Hotch desde el primer momento. Gideon tenía razón Emily era todo un misterio.

- Quizá mentalizo mejor que la mayoría de las personas.- Intentó explicar omitiendo por completo los detalles de sus trabajos pasados y dirigiendo su mirada otra vez hacia su jefe.

La morena agradeció enormemente que en ese momento los llamaran para revisar algo fuera de la casa.

El tiempo transcurría increíblemente rápido, no tenían una pista de Reid ni de su paradero y aunque lo podían ver mediante la computadora, eso solo los ponía más nerviosos. En algún punto Hotch se dió cuenta de que el doctor había enviado un mensaje sobre él, así que, había decidido que cada uno de sus subordinados dijera un defecto de él.

- Muy bien, empiezo yo. No tengo sentido del humor.- Dijo él mismo al ver que sus agentes no se atrevían a describir su peor cualidad.

- Eres un matón.- Continuó JJ.

- Soy un matón- Estuvo de acuerdo con ella.

- A veces eres como un sargento mandón.- Agregó Morgan.

- De acuerdo.- Respondió Hotch.

- No confía en las mujeres igual que en los hombres.- Dijo Emily.

- Vale.- Ocultó que el comentario de Emily era el que más le había molestado. ¿En qué momento había hecho algo que le confirmara  eso a la morena? Se retractó enseguida de su cuestionamiento al recordar como  la había tratado unos  días antes.- Puedo ser todo eso, pero ninguno de ustedes puede decir que alguna vez me puse por delante de cualquiera, no lo hice.

Después de un par de horas más y una, aún más, exhaustiva investigación dieron con el paradero de Reid en un cementerio, pero por fortuna estaba sano y salvo. 

Cuando regresaron fueron directamente a Quántico. Obviamente el papeleo de aquel caso no podía esperar.

Emily, sentada en su escritorio, observó a Hotch dar vueltas de un lado para otro dentro de su oficina, no pudo evitar pensar en si había sido dura con él al haber dicho semejante cosa sobre él. Quizás no confiaba en las mujeres o quizás simplemente no confiaba en ella, pero en el momento justo en que lo había dicho se había retractado y se había odiado a sí misma por haber sido tan sincera.

Todos se habían marchado a casa, excepto ella y Hotch. Así que en el último momento decidió que debía disculparse con él, o por lo menos intentarlo.

Se levantó y caminó hacia la oficina de su jefe con el informe del caso en una mano, de pronto sentía su mano temblar. Era estúpido que tuviera el valor de dispararle a alguien y sin embargo en ese momento estuviera así de nerviosa. Respiró hondo y trató de calmarse antes de tocar y abrir la puerta.

- Aquí están los informes.- Le dijo acercándose a su escritorio.

- Déjalos justo aquí.- Hotch señaló el lugar sobre la mesa mientras dejaba sus propios papeles en ella lo que ocasionó que sus manos chocaran accidentalmente.

"Genial, Emily, justo lo que necesitaban tus manos para volver a temblar" pensó ella.

Él la miró confundido, de pronto parecía como si se hubiera perdido en algún rincón de su mente.

- ¿Todo bien?

- Sí.- Contestó la morena ofreciéndole una sonrisa imperceptible.- Yo...

- ¿Segura que estás bien, Prentiss?- Él vió como se debatía. ¿Acaso estaba nerviosa? ¿Por él?

- Sólo venía a disculparme.

- ¿Por?

Si estaba tratando de ponerla más nerviosa aún lo estaba consiguiendo. Ella ni siquiera era capaz de evitar perderse en sus ojos.

- Creo que lo que dije antes sobre tí no estuvo bien.

- No te preocupes, Prentiss.

- Es que pensé que te había molestado.

- Para nada.- Su tono de voz lo delató, pero, no podía hacer nada para evitarlo, le había molestado incluso más de lo que se admitiría a sí mismo.

Se hizo un silencio incómodo. "Lo que faltaba" se dijo a sí misma.

- Bueno, como sea.- Dijo alzando una ceja, quizás para dejarle saber que se había dado cuenta, de que en efecto, su comentario le había molestado.- Será mejor que me marche, buenas noches.

- Prentiss.- Su mano en el pomo de la puerta volvió a temblar.- Tenía razón.

- ¿Sobre qué?

- Ni pestañeas... Me pregunto que te habrá sucedido para que tu nivel de mentalización sea tan elevado.- Emily respiró hondo, odiaba que tocara el tema, odiaba lo que acababa de decir y sobre todo odiaba que a él no parecía ni preocuparle lo molesta que empezaba a estar.

- Eso no es asunto suyo, señor.- Sí, había logrado llevarla a su terreno. Él no era el único que debía irse a la cama enfadado, ella también se lo merecía.- Buenas noches.

- Buenas noches.- La vió marcharse y la siguió con la vista hasta que el ascensor se cerró con ella dentro.

"Incluso enfadada sigue siendo hermosa." susurró.

Y nuevamente se permitió hacer lo que llevaba días prohibiéndose, pensó en ella, en lo mucho que lo descolocaba y en que, sí, había acertado su peor cualidad.

“Le basta tocarme para transformar... mi enojo en deseo.” - Isabel Allende.

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❝𝐼𝑛𝑒𝑣𝑖𝑡𝑎𝑏𝑙𝑒𝑠❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora