❝𝐼𝑛𝑒𝑣𝑖𝑡𝑎𝑏𝑙𝑒𝑠❞

Capítulo 34: "Cliché"

No quiero ser libre
No quiero ser cool
Busco una respuesta
¿Cuál eliges tú?

Caminó sin rumbo durante un buen tiempo hasta que finalmente se topó de frente con una majestuosa iglesia, algo irónico en toda aquella situación.

Sacó la fotografía que había tenido guardada en su chaqueta desde la mañana; Matthew, Jhon y ella sonriendo en uno de sus lugares favoritos de Roma. Una gota de sangre cayó en ella y la morena se dio cuenta que salía de su nariz. El padre Paul le había echado unas gotas de su "agua bendita", pero no iba a alarmarse por algo tan simple, y su cansancio se lo atribuía a todo lo que había hecho en el día.

- Emily.- La voz de Hotch retumbó en su cabeza y ni siquiera supo si era real; quizás solo era su mente jugando con ella, recordándole que su cuerpo lo necesitaba.

Pero, cuando sintió una mano sobre su hombro obligándola a darse la vuelta se dio cuenta de que sí estaba ahí, delante de ella con un gesto de preocupación total.

- Emily.- Volvió a pronunciar su nombre y dirigió su mano hacia la fuente de sangre limpiándosela; era eso, la maldita sangre que salía por su nariz.

- ¿Qué haces aquí?

- Tenemos que ir a un hospital.- Le dijo con seriedad.

- Estoy bien.

- Por supuesto que no, tu nariz está sangrando.- Él reconoció ese gesto que ella siempre hacia cuando no estaba de acuerdo con algo.- Muy bien.- Suspiró resignado.- Pero, me quedaré contigo hasta que esté seguro de que te encuentras bien.

- ¿Qué haces aquí?- Le volvió a preguntar.

- Rossi me dijo que querías dar un paseo.

- Pensé que estabas de camino al aeropuerto.

- No quería dejarte sola.- Le confesó.- Así que te busqué y de alguna forma terminé encontrándote.- Aquella frase parecía tan sencilla, pero, para ellos era como si todo cada vez cobrase más sentido.

- ¿Has manejado como por dos horas?- Emily ni siquiera sabía cuánto había estado caminando y le asombraba el hecho de que él la hubiera seguido desde lejos durante tanto tiempo.

- Te encontré hace media hora, diez calles abajo... Sé que necesitas tu espacio, pero, no puedo evitar querer protegerte.

- Gracias.- Le regaló una sonrisa imperceptible.- Y gracias por lo de hoy... Sé que lo jodí todo, pero...

- Entiendo como te sentías... Y fue muy valiente lo que hiciste por tu amigo.

Caminaron un rato más sin decir nada justo como lo había hecho Emily minutos antes, pero ahora se sentía segura con él a su lado.

- Contéstame con la verdad, ¿cómo te sientes?- Ella lo miró incapaz de ocultar sus emociones frente a él.

- No lo sé... Me siento... adormecida, como si mi mente aun no creyera que él ya no está... Siento un vacío que no puedo explicar y... estoy agotada, Hotch.- La abrazó mientras ella ocultaba su cara en su pecho.

- ¿Quieres que te lleve a un sitio especial?- Le preguntó de repente.

- ¿Un sitio especial?- Él no dijo nada simplemente asintió, le tendió la mano y la guió hasta el auto.

Aaron condujo durante un buen tiempo mientras Emily miraba la nieve caer en el exterior. Él deseaba con todas sus fuerzas poder devolverle un poco de alegría, y alejar la tristeza que le había ocasionado la muerte de su amigo.

Llegaron a aquel lugar. La vista al mar desde el mirador transmitía una calma increíble; estaba apartado, sin iluminación más que la tenue luz de la Luna que se reflejaba en el agua y alguna que otra farola encendida. Poseía un silencio que le permitía oír su propio corazón latir y una suave brisa que secaba tiernamente sus lágrimas. Supo a los cinco segundos de estar allí que era un sitio realmente especial, capaz de curar cualquier dolor.