❝𝐼𝑛𝑒𝑣𝑖𝑡𝑎𝑏𝑙𝑒𝑠❞

Capítulo 46: "Un vestido azul"

"El amor era jodidamente aterrador. Dejar tu corazón totalmente abierto para que alguien más lo pudiese proteger o pisotear." - Taylor from Beautiful Funeral. (Libro)

En un abrir y cerrar de ojos ya era viernes. De alguna forma Elizabeth Prentiss siempre lograba salirse con la suya, parecía casi irreal que hubiesen pasado dos días sin recibir una llamada para salir a resolver algún caso.

Que además todos le recordaran que debían asistir juntos a la renovación de votos de sus padres estaba haciendo que Emily perdiera la cabeza completamente.

No supo cómo consiguió rechazar cada petición que le hizo Penelope para ir de compras, finalmente logró que sus dos amigas fuesen solas, sin ella. Un dolor de cabeza menos, las amaba pero no estaba lista para afrontar otro interrogatorio sobre los aspectos más jugosos de su vida privada.

Su vida privada, ese era otro tema que empezaba a frustrarla más de lo necesario, sin razón aparente ella y Hotch parecían distanciarse de repente. Aunque en el fondo sabía que era su propia culpa; sus cambios de humor, sus silencios y las noches en vela en donde se quedaba horas sentada en la cocina sin atreverse a subir a la habitación por miedo de que él quisiera descifrar eso que le estaba quitando el sueño. Culpaba también a Foyet, ambos lo hacían, porque nada entre ellos se sentía correcto ahora que Haley y Jack debían estar escondidos, se sentía egoísta ser felices mientras ellos estaban en un lugar desconocido completamente solos. Era también esa distancia que ella le daba, para que él tuviera sus momentos a solas en los que ella no debía interponerse, esos que él aprovechaba para estudiar al máximo todas y cada una de las probabilidades que tenía para ganar la guerra.

Se levantó cuando llamaron a la puerta sabiendo perfectamente que era él. Como si fuese algo rutinario, un beso en la frente de saludo y un '¿Qué haces?' para hacerse saber el uno al otro que las cosas entre ellos seguían en orden a pesar de todo.

Emily se enojaba sin ni siquiera saber el porqué y se odiaba por eso, pero en el fondo sabía que él entendía cada una de sus reacciones.

- ¿A qué hora nos vamos?- Preguntó como si no se hubiese pasado esos dos días completos evitando el tema.

- A las ocho hay una cena y luego la ceremonia.- Se sentó junto a ella en el sofá, ambos con sus miradas pegadas al televisor que no daba más que simples noticias del tiempo.

- ¿Existe la posiblidad de que nos saltemos la cena?

- Sabes que no.- Lo miró y resopló, él era su jefe en tantos aspectos de su vida que a veces no se reconocía ni a sí misma siguiendo todas esas órdenes.

- Ni siquiera sé que voy a ponerme.- Vio una media sonrisa y maldijo cuando Hotch le mostró una bolsa, sin duda alguna siempre se las arreglaba para saber cada una de las trabas que ella pondría.

- ¿Qué es esto?

- Tu vestido.- Se puso de pie sin mostrárselo, hizo un gesto con su cabeza para que lo siguiera.

- ¿Ahora también decides cómo debo vestirme?- Rechistó algo enfadada, empezaba a ser frustrante lo fácil que era que él contrólase los más simples detalles.- Me estoy empezando a hacer una idea de lo bien que se llevan tú y mi madre.

- ¿Sabes algo?- Se volteó a mirarla de cerca cuando estuvieron en la segunda planta.- Te ves demasiado sexy cuando estás enfadada.- Sonrió.

Finalmente terminaron en la habitación frente al vestido que él le había comprado y que ahora estaba sobre la cama.

Era sencillo, pero a la vez hermoso. La tela de seda en tono celeste, Emily sabía perfectamente que debía usar unos tacones para que no rozara el piso pero el corte desde lo alto de uno de los muslos se veía como un sueño. El escote caía en capas, como las mismísimas olas del mar y no pudo evitar adorarlo en segundos.