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La enorme placa blanca de nieve por la cual ambas transitaban se fue convirtiendo en una fina capa de hielo transparente que los rayos del sol paulatinamente fue derritiendo hasta el punto de observar los peces bajo la cobertura. Un paso por parte de Lauren perforó la cobertura, quebrajandose en una grieta. Fue ahí donde decidieron detener su andar pues a pocos pasos de ellas ya se podía ver el leve oleaje del mar. Se suponía que el hielo estaría lo suficientemente sólido para cruzar, o al menos así lo comentó Sabrina. Camila frunció el ceño ante la encrucijada. Del otro lado pudo observar la amarillenta arena de su Imperio, pero para poder llegar hasta allí necesitarían un barco o un puente.

Una idea se le pasó por la cabeza tras mirar a Lauren.

—Tenemos que llegar al otro lado.

La ojiverde frunció el ceño confundida.

—¿A dónde?

Camila se extrañó de la pregunta, pero de igual manera le señaló la orilla; al parecer Lauren no podía verla.

—De acuerdo, no importa. ¿Puedes hacer esa burbuja que hiciste cuando cruzamos el lago del Imperio de la Noche? Te voy a ir guiando.

Lauren bajó la mirada tratando de acercarse al agua y tragó grueso cuando observó en las profundidades varias aletas de tiburones con sus dientes listos para morder.

—No creo que sea buena idea si quieres ser comida de tiburones. Extrañamente no puedo ver el otro extremo, así que aunque tu lo veas de cerca, quizás no lo está para mi. El oxígeno dentro de la burbuja no sería suficiente para las dos.

—Entonces termina de congelar el hielo para poder cruzar.

A Lauren le molestó un poco escuchar la simpleza en las palabras de Camila haciéndolo sonar de una forma tan fácil como si de verdad lo fuera.

—No sé cómo hacerlo, honestamente.

Camila la miró entrecerrando sus ojos.

—¿No puedes?- repitió con cierto tono de burla en su voz.

Lauren apretó sus puños con la ira subiendo hasta su cabeza. Seguidamente elevó sus brazos con los dedos extendidos observando detenidamente la corriente superior del agua, deseando con todas sus fuerzas que esta se calmara para poder congelar, pero después de unos eternos segundos, el intento fue en vano pues no hubo resultado alguno. Algunas venas incluso se empezaron a notar en la frente de la joven pelinegra, resaltando el tono rojizo de sus mejillas y cuello a causa de la fuerza aplicada. Lauren no solo estaba empezando a cansarse sino también a irritarse tras escuchar los comentarios alentadores de la castaña a su lado, más que ser una ayuda, estaba siendo una distracción.

—¡¿Podrías cerrar la boca?!- terminó por explotar.

Camila enmudeció pero rápidamente colocó sus manos a los costados.

—¡Solo estoy tratando de que lo hagas rápido!

—¡Bueno pues no está funcionando!

—¿Por qué te cuesta tanto? ¡solo congela el maldito hielo!

—Pues si tan fácil lo crees ¡Hazlo tu! Oh, cierto ¡no puedes hacerlo porque tus poderes son simplemente inútiles! Siempre he sido yo la que tiene que solucionar todo.

—¡Mis poderes no son inútiles! ¿Quién nos salvó de los carruajes arriba de la montaña? Por supuesto que no fuiste tu ¡corres demasiado lento, Jauregui!

—No puedo creer lo que estás diciéndome, Camila ¿cuál fue el costo de que nos salvaras? ¡casi morimos al caer! Y todo fue tu culpa. En realidad, todo esto es tu maldita culpa. Tu familia es la única responsable del inicio de esta guerra, poniendo a pelar a las tropas de mi hermano ¿Quién crees que saldrá perjudicado? Mi familia, porque tu padre es un cobarde y Andrew simplemente es un loco con sed de poder que quiere gobernar el mundo. Todos tienen sus esperanzas en mi porque al parecer soy la única que puede vencerlo.

El Espacio Entre Nosotras (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora