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El sonido de los trozos de hielo al presionar la nieve en el suelo cada que daba un paso le irritaba, pero no tanto como la escena que estaba presenciando en primer plano desde una corta distancia tras el muro del castillo. Camila se preguntó qué tan cercanos serían Lauren y Luke como para estar abrazándose en medio de la nada donde cualquiera que pase podría verlos y pensar...

¿Pensar en qué?

La morena se mordió la lengua para tratar de detener el flujo de sus pensamientos. Aún no podía creer que también se arriesgó al ser descubierta por los guardias tras salir del castillo, pero ¿por qué? ¿Por qué la necesidad de ser tan imprudente? ¿Por qué correr tras de Lauren?

Porque te importa.

De acuerdo, Camila descubrió que no servía de nada morderse la lengua.

—¡Lauren!- gritó de repente. Al parecer, tampoco funcionaba para detener las palabras de su boca.

Ambos amigos se separaron por el susto de un grito a lo lejos. Lauren movió su cabeza en todas direcciones buscando la dueña de la voz que pronunció su nombre. Sabía que era Camila y, tras observar como la morena se encontraba de rodillas y a duras penas con una mano en la pared para sostenerse, corrió a su auxilio. Escuchó los pasos de Luke seguirla, pero le restó importancia. Al detenerse frente a la menor, le extendió una mano para ayudarla a ponerse en pie. Por su parte, Camila soltaba pequeños quejidos.

—¿Qué tienes?- preguntó preocupada sosteniendo a la morena por los hombros. Estaba temblando.

—Ten... tengo mucho frío, Lauren. ¡No lo aguanto!- exclamó agobiada y, con una fuerza que sorprendió a la ojiverde, Camila dio un salto hasta enrollar sus piernas alrededor de la cintura de Lauren, aferrándose a ella como un Koala y acurrucándose en su hombro donde Lauren sintió el aire de su respiración en el cuello.

—¿Cómo va a tener tanto frío si está vestida con las mejores pieles? Ese vestido debería ser suficiente para mantener el calor.- comentó Luke extrañado, pensando que la menor exageraba.

—Camila no puede estar expuesta a las bajas temperaturas, Luke. La pone débil.- explicó Lauren mientras frotaba dulcemente la espalda de la menor —Es mejor que la lleve a la habitación ya que no puede caminar. Ahí hace menos frío.

Camila se limitó a descansar su barbilla en el hombro de la pelinegra mientras ésta se ponía en marcha hacia su habitación, observando como Luke se quedaba atrás mirando la escena con brazos cruzados. El ojiazul negó con la cabeza y Camila... Camila solo le sonrió triunfante mientras se aferraba más al cuerpo de Lauren.

***

A lo lejos, el aullar de los lobos inquietó a la menor que descansaba sobre el cómodo colchón envuelta en varias telas. El sentimiento de miedo poco a poco se apoderaba de su cuerpo al creer que algo no andaba bien ¿dónde estaba Lauren? Se suponía que la ojiverde estaba ahí al lado de ella, pero Camila descubrió un espacio vacío en la cama como si Lauren nunca hubiera estado ahí.

Estaba más oscuro de lo normal a pesar de que sabía que era de noche. Su curiosidad y la agitación que sentía en el cuerpo la obligó a levantarse, encontrándose con una sorprendente escena; aunque no veía muy bien, notó como algunos libros flotaban en el suelo debido a una gran cantidad de agua ¿de donde había salido? Sus pies se hundieron en el líquido frío y con temor, caminó hasta la puerta que extrañamente estaba abierta. Fuera de la habitación el panorama no era mejor. La poca visibilidad hizo que Camila hiciera un esfuerzo de hacer una pequeña bola de fuego en su mano derecha para tener una mejor visión. En el suelo, el agua parecía estar quieta sin flujo alguno, sin embargo, mientras la morena más se acercaba a las escaleras por las que habían entrado al castillo, más oscura se ponía el agua. Muchos libros flotaban al igual que tablas de madera, hojas y otros objetos que no logró identificar.

El Espacio Entre Nosotras (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora