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El momento en el que sus ojos vieron el rastro de sangre en la boca de Lauren, supo que ya no había más nada que hacer. Harry, su hermano, había sido asesinado brutalmente por un cambia formas.

Camila dejó de sentir el suelo bajo sus pies, haciendo que sus piernas flaquearan hasta caer al suelo de la impresión. No podía respirar.

Harry estaba muerto. Y todo era culpa de Lauren.

Ella lo vio morir ante sus ojos.

—Oh cielos...- susurró tocándose el pecho sin quitar la vista del cuerpo tendido de Harry rodeado de sangre.

Lauren aún en su forma de puma se acercó hacia su próxima presa aprovechando que la morena aún estaba distraída. Dio un salto rápido hasta quedar sobre el cuerpo de Camila, presionando tanto a la castaña para no le darle tiempo de moverse y escapar. Lauren acercó su cabeza y rugió, sintiendo el miedo en el cuerpo de la menor. Camila, por su parte, intentó salir debajo de aquel animal.

Percibiendo el olor a hierro en el aliento de Lauren, una gota de sangre que cayó en la mejilla de Camila, fue el detonante que estaba esperando para salir del shock. 

Lauren enseñó sus afilados colmillos dispuesta a morder, pero aflojó su agarre cuando Camila empezó a brillar bajo de ella. Sus ojos eran dos enormes llamas de fuego. La furia que sintió en ese momento se despertó. El odio que sentía antes por la ojiverde no se comparaba con todo el rencor y desprecio que ahora corría por su venas. Ella quería venganza.

La bestia levantó sus patas delanteras al sentir las altas temperaturas, pero Camila, poseída por la ira y con la mandíbula a punto de reventar de tan apretada que estaba, presionó sus dos manos ardientes en el cuello de la pantera quien soltó un quejido de dolor alejándose.

La morena se levantó rápidamente invocando de nuevo su núcleo de poder en sus manos. Reunió toda su energía, todo su poder para depositarlo en esa bola de fuego. Sólo tenía una oportunidad para lanzarla a su objetivo, y aunque posiblemente el impacto destruiría gran parte del terreno y el castillo, eso a ella no le importaba con tal de destruir de una vez por todas a Lauren Jauregui.

El animal corrió hacia ella a seguir con el duelo, sin embargo, Camila sonrió quedándose quieta, esperando a que Lauren se acercara un poco más para lanzar su núcleo.

Un poco más, un poco más.

En tan sólo segundos, Camila esperó y estuvo a punto de iniciar su ataque si no hubiese visto como unas cadenas se enrollaban en el cuello de Lauren, sometiendola al suelo de inmediato. Seguidamente, sintió un tirón en sus intestinos y el como su cuerpo se paralizaba. Su energía extrañamente se agotó; sintiéndose muy cansada de repente. Quiso luchar contra la sensación de sueño que se apoderó de su cuerpo, pero falló en el intento. La morena cayó de nuevo al suelo mientras sus ojos se cerraban lentamente, observando de manera borrosa el como Lauren volvía a su forma original con las cadenas aún en su cuello y de igual manera tumbada en el suelo. Cerca de ella, estaba una figura que no logró diferenciar pues para ese momento, ya había perdido el conocimiento.

***

El corazón de Elena latia fuertemente a pesar de que llegó a tiempo para evitar una desgracia.

A sus pies estaba su más grande joya, desnuda y con graves heridas en su cuello y parte de su rostro. Ella se agachó para quitar las cadenas con sumo cuidado. Lauren aún seguía inconsciente.

Con una orden silenciosa, le dijo a Dinah, quien estaba cerca de Camila, que llevara el cuerpo de Lauren a un lugar seguro donde pudieran tratar sus heridas. La joven bruja asintió y con algo de esfuerzo levantó a su amiga y se la llevó dentro del castillo. Una vez que Lauren y Dinah se fueron, Elena suspiró pasándose la mano por el cabello mientras sus ojos recorrían el jardín.

Ahí estaban los hijos menores de su mayor enemigo... Y uno de ellos estaba muerto.

—¿Señora?- llamó un guardia —¿Qué hacemos con la señorita?- miró disimuladamente hacia la castaña.

—Encierrala en el calabozo. Y quiero a 20 guardias vigilando; no quiero que se escape.- él asintió.

—¿Y qué hacemos... con el joven?- sus ojos se dirigieron al cuerpo de Harry.

—Déjenlo en el bosque, así los animales y cuervos se lo comerán.

—No creo que eso sea buena idea, mi señora.

Elena volteó su cabeza tras escuchar la voz de su seguidor. Flex estaba apoyado en una de las paredes del castillo viendo y oyendo todo.

—Los animales podrían dejar restos y eso no nos conviene. Lo mejor sería quemarlo.

La Reina analizó las palabras del joven vampiro y asintió estando de acuerdo. Cuando Alejandro descubriera que uno de sus hijos está muerto, legalmente tendría el poder de mandar grupos de búsqueda en todos los imperios y, por supuesto, investigar cómo murió... No, ella no podía poner en peligro a su imperio ni mucho menos a la responsable de todo. Lauren tendría problemas serios con Alejandro si se revelara que fue ella quien mató a su hijo; no importa si lo hizo de forma consciente o no, Alejandro la mataría sin duda y ella no podía permitir eso. Así que ordenó a sus hombres a trasladar el cuerpo del castaño hasta una hoguera.

Esa noche, la verdadera historia comenzaría entre dos almas opuestas que desde siglos están unidas por el mismo destino.

Una guerra de poder se aproximaba.

Por otro lado, cuando el silencio abundó después de todo el caos, el viento se abrió paso entre las cenizas, siendo el encargado de llevar los restos de un joven risueño e inteligente hasta el cielo, para que el Dios Sol se apidara de él.

El Espacio Entre Nosotras (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora