El Espacio Entre Nosotras (Camren)

40.

No sabía que podía pasar tanto tiempo sin cerrar los ojos, ni siquiera para parpadear. Odiaba eso ¿por qué no podía detenerse? ¿por qué no simplemente se daba la vuelta? Era una maldita masoquista.

Camila no tenía control sobre su cuerpo. No tenía control sobre sus sentimientos. Todo era tan confuso y extraño para ella ahora mismo.

De pie, el sonido de las llamas consumiendo las hojas y palos secos que Dinah había traído era lo único que Camila podía oír. Estaba ajena a su alrededor y si alguien las atacara, la verdad es que no lo notaría pues estaba concentrada en otra cosa.

Más bien, en alguien.

Lauren Jauregui dormía plácidamente a unos pocos metros de ella. La luz del fuego le bañaba el rostro de una manera que Camila no sabría explicar. Sólo sabía que se veía hermosa; y odiaba admitirlo. Una de sus oscuras pestañas se encontraba delicadamente sobre su mejilla y luchó contra el deseo incontrolable de quitar esa pequeña obstrucción que arruinaba la imagen perfecta de su dormir.

Camila se mordió el labio. Desde que la joven bruja le había dicho lo que sería su destino, su mente se volvió como un manglar. ¿Qué se supone que eran todos esos sentimientos? Camila no quería darle un nombre. Se negaba a darle un nombre. Lo único que podía admitir era que Lauren Jauregui era parte de su destino. De eso no tenía duda.

Chistó con rabia y por fin logró darse la vuelta. Ya era suficientemente extraño ver a alguien dormir.

—No puedes alejarte tanto del fuego. Te pondrás débil otra vez y no quieres eso. Tendremos que caminar mucho en unas horas.- la voz de Dinah le hizo voltear de nuevo hacia la fogata.

—Necesito algo de espacio.

—¿No pensarás huir, cierto?- Dinah se levantó, acercándose a la morena —No tengas miedo, Camila.

—Es fácil para ti decirlo. En tu destino no está escrito que tienes que salvar a la tierra mientras en el proceso también ayudas a la persona que más odias.- dijo volviendo su atención a la ojiverde —No la acepto, Dinah. Y no lo entiendo. Yo sólo... Estaba bien y luego ella vino a mi casa con su familia, sólo fue una visita de cortesía y de repente su nombre se repetía una y mil veces en mi cabeza ¿por qué?- Los ojos de Camila brillaron ante su confesión. —¿Por qué no puedo detenerlo? Esto que siento... No lo quiero. Y luego recuerdo... Ella mató a Harry y y...

—Camila.- Dinah la detuvo.

—¿Por qué todo tiene que ser tan difícil?

—No es difícil. Tu lo haces difícil.- Dinah se acercó —Hay algo que no has entendido aún y es que, así como ella está en tu destino, tú también estás en el suyo. Lauren tiene más problemas que enfrentarse a ti o a Elena o a Andrew.

—¿Qué quieres decir?

—Lauren tiene que enfrentarse a ella misma.- la joven bruja tomó con fuerza las manos de la morena —Es verdad que tu participación en la vida de Lauren es muy importante. Tu, Camila, eres la luz que guiará su camino...

—Eso ya lo sé.- interrumpió apretando los dientes y soltándose de su agarre. Dinah negó.

—No lo sabes. Lauren tiene que tomar una descision importante.

—¿Qué estás diciendo?

La joven bruja volvió a tomar su mano con suavidad y las condujo unos pasos fuera de la fogata a uno de los claros del bosque donde ambas pudieran observar la luna.

—Así como tu eres un pedazo de la esencia del Dios Sol, Lauren es el de la Diosa Luna, pero hay algo que los diferencia y es que la Luna tiene una característica especial.- Dinah instó a la morena a mirar el cielo. La Luna no estaba llena, pero igual su luz era suficiente para iluminar todo el territorio —¿Has oído hablar del lado oscuro de la Luna? Lamentablemente Lauren también tiene unos de esos. Está oculto dentro de su ser y no es consciente de ello.

—¿Estas diciendo que Jauregui tiene un lado malvado?- Camila rió. Lauren era toda una florecita cursi y llena de amabilidad hacia todos, pero luego recordó cómo asesinó a su hermano y el cómo estuvo dispuesta a hacer lo mismo con ella.

Camila tragó grueso. De acuerdo, sí que era posible que hubiera un poco de maldad dentro de ella.

—Es ahí donde entras tú, Camila. Tu serás el motivo de su decisión. Si ella elige la bondad o la maldad, será por ti.- dijo Dinah haciéndoles volver a la fogata —Haberte dicho esto es un arma de doble filo. Estas llena de rencor y odio. Confundida y no dudo que esta noche pensarás mil maneras de hacerla caer en la oscuridad con tal de buscar una excusa para deshacerte de tus sentimientos, pero déjame decirte una cosa, Camila Cabello, hagas lo que hagas, no podrás evitar enamorarte de Lauren.

Camila bajó la cabeza y apretó los puños con fuerza.

Ya está, ya lo dijo ¿qué vas a hacer ahora?

—Seguramente te has inventado todo.- dijo al fin —No caeré en tu trampa.

—Oh, amiga- Dinah rió —No es en la mía en la que vas a caer.