El Espacio Entre Nosotras (Camren)

27.

—Tienes que ser optimista, Harry.

—Sigo pensando que estas loca, Camila.

Los mellizos Cabello otra vez se enfrentaban para dar a luz sus opiniones, opiniones que eran totalmente contradictorias.

Una vez más salió a relucir el tema de Lauren Jauregui. Camila seguía enfrascada con la existencia de la ojiverde, en cambio Harry seguía pensando que a su hermana le faltaba un tornillo en la cabeza, sin embargo, escuchar tanta determinación en la boca de la castaña le sembró una pizca de duda dentro de su ser. Así que, a pesar de diagnosticar a Camila como una loca, ésta sonrió cuando vio a su hermano pisarle los talones mientras se dirigían hasta el salón real donde seguramente estaría su progenitor.

Ambos se detuvieron frente a la enorme puerta de roble antes de abrirla.

—Él nunca nos va a dejar hacer esto. Es mejor darnos por vencidos.- dijo Harry dándose la vuelta.

—No seas cobarde.- susurró tomándolo por el cuello de la camisa para evitar que avanzara otro paso —Confía en mí.

—Peor aún.

Harry acomodó su camisa que Camila había arrugado y ella rodó los ojos por el comentario anterior. Entonces, decidida, la morena abrió la puerta lentamente, asomando primero su cabeza y después todo el cuerpo.

Allí sentado en su trono, estaba el Rey del Imperio del Sol, es decir, su padre; bebiendo una copa de vino a la vez que leía una especie de pergamino.

El castaño estaba parado detrás de su hermana pues le intimidaba un poco la imponencia de su padre. Éste fijó sus ojos marrones en sus hijos menores cuando Camila se aclaró la garganta para llamar su atención.

—¿Qué quieren?- preguntó volviendo su mirada al papel que leía.

Harry tragó grueso. Camila volvió a aclararse la garganta antes de hablar.

—Ehm... Padre, hemos venido a conseguir tu permiso para ir a las dunas de la frontera...

Alejandro enderezó su espalda en el trono para después reírse suavemente ante la petición.

—Las dunas ahora mismo forman parte del proyecto de exploración.

—Exactamente. Queremos ser observadores.- Alejandro frunció el ceño.

—¿Por qué ustedes, par de jóvenes, están interesados en un proyecto tan aburrido? Me sorprende, la verdad.

—Papá...- se acercó Camila hasta el susodicho, parándose al lado de él en el trono —Hemos estado reflexionando un poco sobre nuestra vida ¿cierto Harry?

—Si... ¡si!

La mirada de Alejandro pasó desde su hijo hasta el acercamiento de su hija.

—...Y nos dimos cuenta que estamos creciendo, papá. Pronto ya dejarás de ser el Rey y antes de que cedas la corona, queremos que nos tomes en cuenta para algo y demostrarte que somos completamente responsables. Demostrarte que ya no somos unos niños. Creo que el proyecto de las dunas sería un buen comienzo. Tu mismo lo dijiste, es un proyecto aburrido. No hay posibilidades de arruinarlo.

El mayor colocó la mano derecha bajo su barbilla, pensando.

—Entiendo.

—¿Y..? ¿podemos ir?

—No.

—¡Padre, por favor!- rogó Camila.

—Esa es mi decisión. Ahora, retírense.

Camila estaba roja de furia, pero antes de decir otra palabra, Harry la interrumpió.

—No entiendo por qué te niegas, padre. Ya habíamos hablado anteriormente con Andrew y Sofía y ellos dijeron que de todas formas nos iban a enviar para allá cuando estén gobernando.- mintió.

—¿De verdad? Lo consultaré con ellos más tarde. Si es verdad lo que dicen, los dejaré ir, si mienten, los mandaré a limpiar los establos. Ahora ya váyanse de aquí.

Ambos salieron del salón rápidamente antes de que su padre se molestara.

—Genial ¿y ahora qué hacemos?- Camila golpeó a su hermano en la cabeza.

—¡Entré en pánico! Además, todo esto es culpa tuya por ser tan terca.

—Demonios ¿cómo sobornamos a Andrew? El idiota nos odia.- dijo la castaña mordiéndose la uña de su pulgar —Tenemos que salir de aquí mañana mismo porque la boda de Sofía está a la vuelta de la esquina. No podemos perder tiempo.

—Te dije que no iba a funcionar nada de esto. ¡Ahora tenemos que limpiar los establos!

Camila no podía pensar adecuadamente con Harry teniendo un ataque de pánico.

Ellos tenían que salir de ahí sea como sea.

***

—No puedo creer que vamos a hacer esto.

—Mejor sube rápido antes de que alguien nos vea.

Sorprendentemente, Andrew y Sofía le siguieron la mentira a los hermanos cuando Alejandro le preguntó primero a Sofía durante la cena y luego a Andrew más tarde. Éste último sospechó un poco del interés de los mellizos en ser más 'responsables' Algo estaban tramando, pero el pelirrojo no tenía tiempo para descubrirlo. Sea lo que sea, no lo lograrán pues el hecho de tener a cualquier integrante de la familia Cabello lejos de sus narices, le venía bien. Era la oportunidad perfecta para deshacerse de ellos. No podía arriesgarse a que el instinto natural de los mellizos de entrometerse en todo, se despertara. Andrew tenía que cerrar todas las probabilidades de que sus planes se fueran abajo, por eso Noah aguardaba pacientemente en las dunas esperando la llegada de los más jóvenes.

—Señorita Camila.- Austin llamó la atención de la castaña porque ya era hora de abordar el bote.

Harry se paralizó al ver a un desconocido en la cubierta del pequeño bote ¿quién era ese chico? ¿Acaso él los iba a acompañar en su viaje?

—Eh, Camila...- hizo señas algo indiscretas hacia el joven guardia.

—Ah. Él es Austin, un guardia menor del Imperio de la Lluvia. Él nos llevará hasta el Imperio de la noche en este barco mágico.

El susodicho hizo una mueca antes de hablar.

—No es un barco mágico, señorita. Funciona con un motor de alta potencia. Nos tomará tan sólo unos días cruzar el océano.

—¿Cómo es que conseguiste que nos llevara un guardia del Imperio de la Lluvia?- susurró Harry mientras abordaban.

—No fue tan difícil. Ha estado enamorado de mi desde que me vio en aquella reunión anual. Debo darme crédito al recordar su nombre porque sabía que podría necesitarlo algún día.

—¿Pero ustedes... Ya sabes..?

—Iugh, para nada.- respondió asqueada —Yo si respeto las reglas al no mezclarnos.- él asintió satisfecho con la respuesta.

—¡Hemos zarpado!

—¿Estás listo para esta aventura, hermano?- dijo Camila con una sonrisa.

—Que los Dioses nos acompañen.- rezó Harry.