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Un terrible dolor de cabeza la despertó de su sueño. El cuerpo le dolía como si una manada de caballos la hubiesen pisoteado ¿qué ocurrió anoche? No recordaba nada de lo sucedido, sólo borrosas imágenes de los mellizos Cabello tratando de humillarla vagaban por su mente ¿acaso había sido un sueño? Porque de no ser así ¿por qué razón vendrían a buscarla?

Lauren se pasó las manos por la cara para despabilar el sueño y así poder avisar a alguien de su dolor; sin embargo cuando palpó la superficie de sus mejillas, notó la rigurosidad de ésta. Una sensación familiar se instaló en su pecho y, de un salto y sin importar la intensidad del dolor de cabeza y general, corrió hacia el baño para mirarse al espejo. Un jadeo resonó dentro del estrecho cuarto. Lauren no podía creer que ese era su reflejo ¿qué diablos había pasado? Con la yema de sus dedos recorrió las quemaduras que se expandían desde sus mejillas y parte de su boca hasta su cuello.

Sólo una persona pudo haberle hecho eso.

Camila Cabello. Aquella chica que al parecer tenía una obsesión por ella.

Lauren escuchó la puerta de su habitación ser abierta, ella caminó de regreso dispuesta a interrogar a quien sea que haya entrado, en esta caso, su amiga Dinah que casualmente llevaba sobre sus manos una bandeja con líquido viscoso.

—Oh, ya estás despierta.- dijo tranquilamente la joven bruja mientras depositaba la bandeja en una mesita de madera al lado de la cama.

—¡¿Se puede saber qué demonios le pasó a mi cara?!

—Ven aquí y siéntate. Es hora de tu medicina.

—Dinah, necesito...

—Te lo diré todo Lauren, pero primero necesito que te sientes para poder aplicarse esto. Ayudarán a tus quemaduras.

La ojiverde sabía que no se podía discutir con Dinah Jane, así que arrastrando su camisón por el suelo, se sentó quieta en la cama. Los dedos de la bruja apartaron delicadamente el cabello de la cara de Lauren para untarle el líquido viscoso que había visto antes en la bandeja.

—Esto huele horrible.

—Lo sé, era mejor cuando estabas dormida. Así no te quejabas.- sonrió divertida.

—¿Cuánto tiempo llevo dormida?

—Unas 62 horas.- respondió para luego untar más líquido viscoso en su cuello y parte de su pecho.

Lauren levantó la vista a los ojos de Dinah. Sus ojos verdes curiosos por saber todas las preguntas que pasaban por su cabeza.

—¿Quién me hizo esto?

Dinah colocó de nuevo en su forma correcta la parte superior del camisón de su amiga y le ordenó que se acostara.

—No sé muy bien lo que pasó, pero hace unas noches, te encontramos a punto de matar a la hija menor del Rey Alejandro quien también tenía unas inmensas ganas de acabar contigo. Si no llegamos a tiempo... alguien más hubiese muerto esa noche.

Dinah sacó un paño de su túnica y empezó a limpiar sus manos delicadamente.

—¿Qué? Pero ¿qué hacía Camila ahí? ¿por qué no me acuerdo de nada. Y qué quieres decir con "alguien más hubiese muerto"? ¿quién se murió?

—Aún no sabemos qué hacían ellos dentro de nuestro territorio, pero sé que tú y Camila estaban a punto de matarse una a la otra. Ella fue quien te hizo esas quemaduras... Y lamento decirte esto, pero no creo que se te quiten, Lauren. Eso que te apliqué es la savia de una planta medicinal, te ayudará un poco solamente.- sonrió con pena —Tu estabas en tu forma animal. Aún no controlas tus poderes, es por eso que no recuerdas nada. Lauren tu... mataste al hermano de Camila.

El Espacio Entre Nosotras (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora