49_Incomodidad

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CAPÍTULO 49:
*Incomodidad*

Brian:

Un frio sudor rodo por mi nuca, dejándome paralizado, mientras veía mi mundo derrumbarse por completo, el cielo parecía venirse abajo junto con mi vida, el agua golpeando salvajemente contra las ventanas en un avasallante diluvio, a mi alrededor veía las caras de las personas mirándome, estupefactos, asombrados y hasta con un cierto grado de horror, parecía que el tiempo se había detenido en ese mismo momento:

—Lo siento Brian, no puedo casarme contigo— mi corazón había dejado de latir en ese mismo momento, el cura mirándola perplejo, le había preguntado a Gena si quería casarse conmigo y ella, dudando un instante, se quedo mirándome con lagrimas en sus ojos, yo diría que hasta sintiendo pena, luego, acariciando mi rostro respondió:

— No, no acepto— Sentí que mi alma se había escurrido de mi cuerpo, ya nada tuvo sentido, quería poder reaccionar, decir alguna cosa, pero las palabras se habían quedado atoradas en mi garganta, Gena simplemente dejo caer el ramo de sus manos y salió corriendo, dejándome allí, malditamente petrificado…

— ¡Brian!... ¡Brian! ¡Despierta! ¡Despierta cariño!— una brusca sacudida me despertó de mi ensoñación, totalmente sobresaltado y aturdido, estaba completamente empapado en sudor y mi corazón latía fuertemente —¡Ey! ¿Te encuentras bien?— mirando a mi alrededor, caí en la cuenta de que me encontraba en mi habitación, con Gena, mi Gena, y ella estaba a mi lado, sentada en nuestra cama y mirándome con extrema preocupación, respire aliviado, había estado teniendo una horrible pesadilla, aun me sentía angustiado, pero abrasándome a ella, respire profundo y dije:

—Nena, estas aquí— cerré mis ojos agradecido que después de todo, solo allá sido una maldita pesadilla.

—Si mi amor, aquí estoy, estabas gritando mucho y me preocupaste, tuve que despertarte—

—Yo, yo tuve una pesadilla—

—Ya veo que sí, me asuste mucho— dijo Gena mientras acariciaba mi cabello —¿Que fue lo que soñaste?— agrego intrigada, poco a poco comenzaba a calmarme, no quería atormentar a Gena con mis miedos, sabía que ella ya estaba lo suficientemente preocupada por mis inseguridades, si le contaba de mi sueño, quizás hasta se sintiera un poco presionada y se preocuparía mucho mas, asique tomando su rostro entre mis manos, sembré un casto beso en sus labios diciendo:

—No importa, solo fue un estúpido sueño, volvamos a dormir ¿si?—

—¿Seguro que no quieres hablar sobre ello?—negué con la cabeza y colocándome de lado, la abrace por la cintura pegándome a su cuerpo, solo así volví a sentirme aliviado, al  tener a mi chica entre mis brazos, todo mi cuerpo se relajo y volví a tener control de mi mismo, aun no le había dicho nada sobre regresarnos a San Diego, solo hacia un par de horas que había llegado de mi viaje y lo único que quise hacer al llegar, fue meterme en esta habitación y hacer el amor con esta hermosa mujer, a la cual había extrañado horrores esta semana de ausencia, ya cuando amaneciera, le plantearía lo de irnos y dejar toda esta vida.

Seize the dayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora