75_cronicas de un secuestrador

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Capítulo 75:
 

Narra Gena:…

Narra Gena:…

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*Día 1:

Creo que no estoy muy consciente hacia dónde vamos, pero el hombre que maneja el auto se detiene en una gasolinera, mi visión es un poco borrosa, pero puedo distinguirlo, se baja del auto y me obliga a caminar, no tengo fuerzas, mis piernas son como gelatinas ahora,  asique me sostiene apretándome a su lado y poniendo uno de mis brazos alrededor de su nuca. “Comeremos algo y ojo con lo que se te ocurra hacer, un movimiento y te vuelo la cabeza”, creo oír, muy a lo lejos, entrecierro mis pesados ojos, ¿Qué me pasa?...

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…Oscuridad absoluta, pánico, terror, mi cuerpo debilitado, voces a mi alrededor. Me tumban en una cama ¿Dónde estoy? , escucho a una mujer, gemidos de una mujer, ¿estaré en un motel?, me siento mareada, no me puedo espabilar...

*Día 2:

Gotas heladas de sudor corriendo por mi cuerpo, paralizada sin poder hablar, solo escuchando los pasos y voces poco audibles,  oído y olfato son los únicos aliados con los que cuentas cuando no puedes hacer nada más que escuchar y oler. 
Mis manos y piernas se encuentran atadas. Mis ojos vendados, tengo sueño y hambre, me desvanezco todo el tiempo y terriblemente agotador …

*Día 3:

Siento mis piernas adormecidas, ya casi no siento el dolor que al principio me causaban las cuerdas que me sujetan a cada extremo de una cama. La mordaza para impedir que hable y una venda en mis ojos que no me permiten ver, me molestan, me duele la barriga, ¿será por el hambre? Tengo mucha sed…

*Día 4:

El mismo pavor que siento, me hace tener muchos chuchos de frío, pero sin embargo, suelo sentir algo caliente sobre mí, como si tuviera una estufa calentándo constantemente, no sé en dónde estoy, no tengo idea en qué día me encuentro, solo se que esto es una pesadilla que estoy viviendo en carne propia y quiero que acabe pronto, por dios quiero despertar de una buena vez.

*Día 5:

El sonido insoportable de una puerta rechinante, resonó en mis oídos y unos pasos acercándose a mí, hicieron que comenzara a temblar, era él, el sujeto desquiciado que me tenía aquí, en contra de mi voluntad, secuestrada, su voz me era familiar, solía entrar de vez en cuando, para darme de beber o llevarme al baño, siempre atada, siempre vendada, todo el tiempo adormecida por alguna droga que este me daba para mantenerme a su merced.
Me encontraba completamente aterrada al estar en manos de este demente. A veces, traia a una mujer aquí, la he escuchado varias veces, parecían tener sexo, por los sonidos que provenían de una cama agitandose y algunos que otros gritos que llegue a oir ¿Por qué me estaban haciendo esto? ¿Con qué clase de enfermos estaba?

Seize the dayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora