54_La boda

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Capítulo 54:

Capítulo 54:

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Flashback:

 Me levanto temprano, el día de hoy está bastante soleado, aunque hay algunas nubes gruesas molestando, de cualquier forma poco me importa cómo está el clima, me siento demasiado molesto como para prestarle atención a eso ahora.
De la cocina viene un delicioso aroma a café y galletitas, seguro mi madre ya me tiene el desayuno listo, así que me termino de asear y me dirijo a desayunar, con toda la pereza del mundo, odio levantarme temprano, así como odio terriblemente tener que hacerlo para ir al colegio, odio el colegio, sobre todo desde que me separaron de mi novia, y se la llevaron lejos de mi. 
Este es el tercer colegio al cual asisto, me han corrido de los dos anteriores por mala conducta, he intentado con todas mis fuerzas ser corrido de cada escuela en la que mi madre me ha anotado, pero luego de verla triste por mi comportamiento, le he prometido portarme bien este año. 
Desde que mi padre nos abandonó, decidí hacer a mi madre feliz de la manera que me fuera posible, y asistir a este nuevo colegio, era una buena forma de hacerlo.

—¡Ay Brian! ¿Pero qué son esas fachas?— me criticó mi madre al verme con mis jeans rotos, remera negra y campera de cuero, sin responderle, me encogí de hombros ¿Qué tenía de malo mi ropa? —Prometiste portarte bien este año, ser más amable— Agregó.

—Lo se, y lo haré mamá—

—¿Entonces por qué vistes como un harapiento?, ¿No podrías ponerte una camisa?, ¿Unos pantalones que estén, mínimamente sanos y no así de rotos? ¡Y ese cabello!, ¡por dios hijo! péinate por una vez en la vida caray— me regaño tratando de peinarme, pero corriéndome me aleje de ella, no tenía ganas de discutir con madre, menos por mi apariencia, me gustaba mi ropa, y mi cabello alborotado, además poco me importaba como me veían los demás, por mi todos podían besarme el trasero, realmente me importaba una mierda, no tenía la más mínimas ganas de ir a la escuela, solo estaba haciendo esto por ella.

—No hay remedio contigo, así ninguna chica linda querrá verte, pensara que eres un rufián— dijo mi madre molesta, sonreí de forma irónica, ¿Qué coños me importaba eso? la única mujer que estaba en mi mente era Megan, y me habían separado de ella, no me importaba nadie más, no estaba buscando a nadie más, dudaba volver a amar alguna vez a alguien como amaba a Megan, estaba dispuesto a esperarla el tiempo que sea, se que el destino nos volveria a juntar.
Cansado de escuchar a mi madre, tome mis cosas y me marche rumbo a la bendita escuela, no estaba muy lejos de casa, solo unas cuantas cuadras, al llegar, me fastidie con solo ver la cantidad de alumnos moviéndose de un lado a otro, nada de otro mundo, las mismas niñas fresas, los nerd, los marginados, toda la misma mierda de todas las putas escuelas, odiaba la gente, asique me senté bajo un árbol y me encendí un cigarrillo, esperando a que tocara el timbre de entrada, un sujeto vestido de negro y jodidamente alto, molestaba a todo el mundo que pasaba por su lado, asustándolos cuando se encontraban distraídos, “gilipollas” pensé, pero una de sus payasadas me hizo  reír, parecía ser de esos tipos que por cansancio, te terminaba agradando, cuando la joven que estaba a su lado lo golpeo y este cayo al suelo exageradamente como si hubiera recibido un tremendo golpe, volvi a reirme y este al darse cuenta de ello, me grito:

Seize the dayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora