Gena y Brian se enfrentan a nuevas adversidades y desafíos, que los harán replantearse si su amor es tan indestructible como pensaban, su relación se ha fortalecido, pero la vida de ambos a cambiado y juntos, tendrán que demostrar si son lo suficien...
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Avril:
Si cierro los ojos y me olvido de contar hasta diez, lo más probable es que vuelva a dormirme profundamente y no es justamente lo que quiero en este momento, he estado teniendo pesadillas horribles e incluso parálisis de sueño en las que parece que moriré, todo esto es por que me encuentro sola y encerrada en esta maldita casa hace más de una semana y nunca me ha gustado estar encerrada, ni aunque se trate de mi propia casa.
Por culpa de Brian, tenía que estar cumpliendo el arresto domiciliario aquí dentro. Fue lo mejor que pude conseguir después de que con mi abogado arreglaramos pagar una suma de $500.000 para poder cumplir los 6 meses lo más cómoda posible y no en una celda, lo cierto es que se me había ido mucho dinero, sin contar con el proyecto que estaba armado.
Muy pronto Gena y Brian me la pagarían en grande, estaba casi todo listo para que mi plan se ejecutará, solo debía esperar unos días más y entonces atacaría con mi mejor arma sin necesidad de mover un pelo, sin siquiera tener que salir de mi casa.
Bostezo agotada, pero no quiero dormir, mis pesadillas se basan siempre en lo mismo, sueño con mi madre inyectándose heroína mientras la veo desvanecerse en el suelo y yo me acurruco llorando en un rincón de una fría habitación, y la otra muy recurrente es sobre Brian, donde lleno de ira, aprieta mi cuello haciendo que me ahogue, siempre que despierto me duele la garganta y me falta el aire, de modo que por todo esto , me he mantenido despierta casi la mayor parte del tiempo.
Un temblor constante me invadía, producto de la cafeína, mis manos me temblaban tanto que no podía prenderle un puto cigarrillo.
—¡Puta mierda! ¡Me volveré loca!— Grite, tirando el encendedor al diablo. Estaba neuro histérica.
Tomándome del cabello, me tomé unos energizantes y me asomé para ver si el estupido policía que me vigilaba seguía parado frente a mi casa y efectivamente ahí estaba, no se movía ni por un segundo ¿a caso tampoco se iba a hacer sus necesidades? Que fastidio, no tenía permitido las visitas, sólo podía venir el cadete que me traía las mercaderías y nadie más.
Nos es que tuviera mucha gente a quien acudir, yo no tenía amigos, ni familia, pero al menos poder llamar a algún idiota para que viniera a follar conmigo, ahora ni siquiera eso tenía permitido. Ian no me había vuelto a llamar ni mucho menos a atender mis llamadas, maldito imbécil, que se joda. No lo necesitaba.
Lo único que necesitaba ahora era poder salir de esta inmensa y solitaria mansión, jamás pensé que mi propia casa se volvería una cárcel, un lugar que a simple vista podía ser hermoso pero que pasar más de 3 horas aquí sola, podía convertirse en el peor de tus infiernos.
* * * * *
Brian:
—Carajo— Me quejo, frotando mi frente y levantandome del piso en donde me dormí la noche anterior, ni cabeza me estallaba y mi hígado amenazaba con salirse de a pedazos por la boca, con el estómago adolorido, corrí al baño de mi oficina y vomite toda la porquería que había tomado el día anterior, ojalá también pudiera devolver la mierda que acarreaba conmigo mismo pero eso siempre se quedaba en su lugar.
