Gena y Brian se enfrentan a nuevas adversidades y desafíos, que los harán replantearse si su amor es tan indestructible como pensaban, su relación se ha fortalecido, pero la vida de ambos a cambiado y juntos, tendrán que demostrar si son lo suficien...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Era una agradable mañana en San Diego, más aun al despertar al lado de esta impresionante y sexi morena, la cual había estado a mi lado durante tanto tiempo, soportando mis innumerables desplantes y cagadas, definitivamente no me creía merecedor de su amor tan incondicional.
Me levanté listo para enfrentar un nuevo día de trabajo, desde que yo mismo decidí hacerme cargo de la fábrica, está volvió a dar sus frutos y estábamos muy bien económicamente, fue un alivio, ya que sin ella no tendríamos nada, de la herencia de mis padres no quedaba nada, me la había despilfarrado todo años anteriores, en puras fiestas, mujerzuelas y drogas, ahora solo vivíamos de lo que la fabrica nos dejaba y por suerte los ingresos eran muy buenos.
Sin embargo, no me sentía del todo a gusto, sentía que no era para mí, tenía pensado en que si todo seguía bien como hasta ahora, más tarde la vendería y abriría una tienda de música, pero esos eran mis planes a futuro.
Mi hermana María, había entrado en una granja de rehabilitación, y eso también era un presupuesto, Ben y yo, tuvimos que meterla allí casi a la fuerza, ya que esta se estaba descontrolando demasiado, su diabetes empeoraba cada día y las drogas no la ayudan en nada, solo acepto internarse con la condición de que Ben se internara con ella, lo cual no me pareció mala idea, él también debía alejarse de toda esa mierda de una buena vez, Ben no consumía diariamente, pero también lo hacía, sobre todo cuando asistía a fiestas, nunca lo dejo del todo y era hora de que se apartara de todo eso, yo más que nadie sabía lo difícil que era, pero siempre y cuando uno tuviera mucha fuerza de voluntad se podía salir de ello.
Mi vida dio un giro de 180 grados cuando la conocí a ella, lo que antes no tenía ningún sentido para mi, de repente lo tuvo, solo me importaba estar bien, para ella, y me gusto poder estar sobrio, ver el mundo, tal cual era, afrontar los problemas y saborear los buenos momentos sin necesidad de estar colocado en estupefacientes, Gena, definitivamente cambio mi vida, y siempre estaría agradecido por ello, aún la amaba, pero mi amor, nunca había sido correspondido, por más que lo intentamos, no pudimos, y nunca forzaría a nadie a estar conmigo si ese no era su deseo.
Sentí unos pasos detrás de mí y unos suaves besos en mi nuca, Myca, mi fiel amiga y amante de la vida como siempre, estaba a mi lado. No sabía por qué demonios siempre estaba cuando la necesitaba pero así era, cualquier mujer se hubiera marchado ya, pero ella simplemente no lo hacía y no lo entendía. Me había perdonado que después de discutir con ella, me fuera a emborrachar y terminara con unas mujerzuelas que encontré en un bar, una de ellas con las cuales Alice me había visto. Myca siempre me perdonaba todo, y muchas veces sentía deseos de mandarla al diablo por eso, pero no lo hacía, porque en el fondo, la necesitaba conmigo.
─ ¿Te irás a trabajar mi hombre salvaje? ─ susurro en mi oído, las noches con Myca eran muy intensas, me hacía sentir bien, y eso es lo que necesitaba en este momento, estaba cansado de acostarme con pura mujer fácil, ella simplemente se conformaba amándome y no me pedía nada a cambio.