Gena y Brian se enfrentan a nuevas adversidades y desafíos, que los harán replantearse si su amor es tan indestructible como pensaban, su relación se ha fortalecido, pero la vida de ambos a cambiado y juntos, tendrán que demostrar si son lo suficien...
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Vómitos, mareos, vaya que resultaba pesadito esto del embarazo, me la pasaba más tiempo con la cabeza metida en el inodoro que cualquier otra cosa, me sentía tan frustrada, si a esto se referían con que el embarazo era lo mas hermoso del mundo, ya mismo me cortaría las venas, porque realmente la estaba pasando pésimo.
Leana no había tenido ninguno de estos problemas, ni siquiera tenía antojos, a mí se me había dado por mezclar dulce con salado y meter cualquier cantidad de porquerías en mi cuerpo, no quería imaginar cómo acabaría.
La doctora dijo que estaba embarazada de tres semanas y media, casi un mes y por lo que escuche, los primeros tres meses eran los más espantosos, yo aún no llegaba a un mes de embarazo y ya estaba agotada.
Me levante del piso, después de haber estado vomitando el mundo prácticamente, me lave la cara y observe en el espejo lo horrorosa que me veía, oscuras ojeras y extremada mente pálida, más de lo normal, mi apariencia era detestable.
Volví a la habitación y vi a mi grandote todo desparramado en la cama, durmiendo plácidamente, no podía imaginarme esta cama sin él, a decir verdad, no podía imaginarme mi vida sin él, la razón por la cual aun no me había atrevido a decirle nada sobre mi embarazo, era por mi terrible temor a perderlo.
A Jimmy no le agradaba ese asunto de los bebes, él no tenía idea sobre ese asunto y era obvio que no estaba preparado para ser padre, pero tarde o temprano iba a tener que tomar valor y decírselo.
Mas tarde, cuando se despertó, me encontró como ya era costumbre, vomitando en el baño y preocupado dijo:
—Amor ¿otra vez vomitando?— me levante hecha pedazos, cada vez estaba peor, no podía sentirme más mal de lo que ya me sentía.
—Estoy bien— dije tratando de minimizar el problema, pero Jimmy insistió:
—No, no estás bien, algo esta ocurriendo, llevas semanas así, no es normal—
—Estoy mal del estomago Jimmy, eso es todo — Respondí, saliendo del baño, pero Jimmy me siguió, diciendo:
— ¡Oh vamos nena!, ni siquiera yo con tanta borrachera que me he dado, he estado tan jodido del estomago así como tú lo estas— no respondí nada, sus preguntas solo incrementaban mis nervios, si se daba cuenta de lo que realmente me pasaba, saldría corriendo y dejaría de interesarse tanto por mi salud, de eso estaba segura. Me dedique a vestirme ignorando sus profundos ojos azules clavándose en cada movimiento mío.
—Deberás me preocupas, además te vez terrible— Agregó, con el seño fruncido.
— ¡Pues no me mires entonces!— respondí enfadada, no necesitaba hacerme notar lo mal que me veía.
