Gena y Brian se enfrentan a nuevas adversidades y desafíos, que los harán replantearse si su amor es tan indestructible como pensaban, su relación se ha fortalecido, pero la vida de ambos a cambiado y juntos, tendrán que demostrar si son lo suficien...
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Gena había despertado de una manera terrible, llevaba con la cabeza metida en el retrete hacía ya varios minutos, sin contar que se la había pasado del dormitorio al baño durante toda la noche, su situación me preocupaba mucho, me preguntaba si quizás le habían caído mal los camarones que comimos en la cena de anoche.
—¿Te sientes mejor nena? ¿Quieres que llame al médico?— le pregunte detrás de la puerta ya que ella insistió en que no entrara por nada del mundo, no quería que la viera en ese estado, aunque a mí realmente me importaba una mierda verla vomitando, al diablo con eso, pero ella cerró la puerta con seguro para evitar que me metiera de todas formas.
—Estoy bien— dijo al cabo de unos minutos —No llames a nadie Brian, ya se me pasara— abriendo la puerta, se quedó mirándome con sus ojos azules decaídos y opacados por unas negras ojeras bajo sus pestañas, se veía terriblemente pálida, demacrada, obviamente que no podía quedarme de brazos cruzados, tenía que llamar a un médico para que la viera.
—Mierda Gen, no digas eso, te ves terrible… llamare al médico— Respondí, inspeccionando su rostro muy preocupado, ella podía estar teniendo una intoxicación o vaya a saber qué, pero cuando iba a marcar el número del médico, Gena me quito el celular de las manos y dijo:
—¡Joder Brian! que no llames a nadie, ¡entiende!— se quejo malhumorada dejando mi teléfono sobre el borde del lavamanos. Su humor era muy cambiante estos días, pasaba de estar tranquila a cabrearse en un segundo, no entendía qué es lo que la tenía así. Quizás estaba un poco tensa por la boda, la cual sería mañana, se suponía que iba a ser hoy, pero hubo un problema con el cura, de modo que se tuvo que pasar para mañana, supuse que era esa la razón por la cual Gena andaba con rabietas, pero ahora me preocupaba su salud, ella simplemente no podía quedarse así, sin atenderse con un doctor.
—Gena, te la has pasado vomitando durante toda la noche y continuas igual, ¿Qué tal si tienes una intoxicación o algo peor? ¿y qué hubiera pasado si la boda era hoy? ¿O si amaneces así mañana?—
—Pues la boda no fue hoy, y para mañana estare bien, no pasa nada Brian, solo que me cayeron mal los camarones, siempre es así cuando ceno estando nerviosa—
—¿Nerviosa? ¿Por la boda?— le pregunté extrañado y esta lanzándome una mirada de obviedad me respondió:
—Claro ¿No te parece suficiente motivo para que este nerviosa?, ¡Dios me voy a casar chico!— dijo alzando sus brazos al aire y volviéndose a enojar.
Sonreí al verla de ese modo, yo no me sentía nervioso, pero sí muy contento porque estaba a tan solo un día de convertir a esta hermosa chica en mi esposa, MÍA Y DE NADIE MÁS, me sentía ansioso, quería que este día pasara lo más pronto posible para poder casarme con ella. —Discúlpame, se que debe ser un revoltijo ahí dentro— le dije señalando su pecho, mientras preparaba el desayuno en la cocina.
