Gena y Brian se enfrentan a nuevas adversidades y desafíos, que los harán replantearse si su amor es tan indestructible como pensaban, su relación se ha fortalecido, pero la vida de ambos a cambiado y juntos, tendrán que demostrar si son lo suficien...
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Hacía días que no veía a Brian, no verlo me ponía de muy mal humor, él se había mantenido en San Diego tras el ataque que tuvo su estúpida y entrometida novia, ¿Me preguntaba qué es lo que hacía que Brian estuviera tan loco por ella?, la chica era prácticamente un imán para los problemas y ni siquiera podía cuidarse por sí misma. Mas que un novio, Brian parecía su puta niñera, joder, mas pasaba el tiempo y menos entendía ese “amor” suyo por esa idiota.
El amor siempre me pareció estúpido, una pérdida de tiempo para personas débiles que tratan de aferrarse a ese sentimiento para sentirse vivos.
Yo había elegido un estilo de vida donde no tenía que aferrarme a nadie, valerme por mi misma, ser una mujer que si quiere puede llevarse el mundo por delante, nadie podría meterse conmigo, ni manipularme a través de los sentimientos, el muro inquebrantable que cree alrededor de mí, me mantuvo fuerte ante cualquier cosa, nada me derrumbo, ni la muerte de mi drogadicta madre, ni la triste perdida del hombre a quien yo vi como mi querido padre.
Seguí adelante llevando una productora adelante, y produciendo miles de dólares, con tan solo 19 años, era muy rica y estaba en la cima del mundo, ¿Qué más podía pedir? , pues, a Brian Haner Jr por supuesto, él era el último adoquín que me faltaba para ser completamente afortunada, y no pararía hasta conseguirlo.
Brian había llamado a Bruno informando que ya estaba de regreso en Long Beach y que necesitaba que le pasara por fax, algunos informes que debía revisar. Me mantuve con la oreja pegada a la puerta para poder escuchar mejor y oí que Bruno le respondía algo como: “me alegro mucho que ella esté bien, mándale mis saludos”, era obvio que se estaba refiriendo a la tonta de Gena. ¿Me preguntaba por qué no se había muerto así me dejaba el camino libre de una vez?, parecía que nunca iba a poder librarme de esa jodida chica. Cuando escuche a Bruno despedirse de Brian, entre a su oficina sin tocar y dije:
—¿Brian está en Long beach?— esté se quedó mirándome con sorpresa y fastidiada, le chasquee mis dedos preguntando: —¿Estás sordo o el síndrome de la estupidez te tomó por completo?—
—No, es solo que... ¿Podrías tocar antes de entrar no crees?— me reí con ironía, pero qué tupé el de este cretino, cómo se atrevía a ponerme reglas en mi propia radio.
—¿Tocar en mi propia radio?, no seas estúpido— Bruno se quedo en silencio y luego dando un suspiro dijo:
—¿Qué necesitas Avril?—
—Señorita Avril para ti— le marque y agregue: —Como ya te dije ¿Brian ha regresado o no?—
—Si él está de regreso, ya le dieron el alta a su novia así que, han vuelto a casa—
—Perfecto, era todo lo que necesitaba saber—Salí de su asquerosa oficina dando un fuerte portazo que estaba más que segura le había hecho retumbar las paredes.
