Gena y Brian se enfrentan a nuevas adversidades y desafíos, que los harán replantearse si su amor es tan indestructible como pensaban, su relación se ha fortalecido, pero la vida de ambos a cambiado y juntos, tendrán que demostrar si son lo suficien...
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Llevaba 3 días en New York y ya estaba deseando mandar a estos tipos por un tubo, habíamos tenido más de 5 reuniones, algunas con ellos y otras con sus asistentes y en ninguna habíamos llegado a un acuerdo económico, primero porque Avril no quería dar brazo a torcer y segundo porque estos sujetos siempre tenían alguna otra cosa que hacer y dejaban las reuniones por la mitad, ya estaba harto, parecía que estuviéramos rogándoles, si ya no querían invertir en la productora, que dejaran de hacerlo y al carajo con todo esto.
Ahora se suponía que dentro de dos días tendríamos la última reunión donde se definiría todo, pero lo cierto es que lo único que deseaba era regresar a casa con Gena, quien por cierto no estaba para nada feliz con que yo me ausentara de casa por tantos días, además de haberse sentido molesta por mis pocas llamadas, pero es que cuando no estaba en reunión, estaba también en conferencia con la radio, con Avril y yo fuera, todo era aun más complicado y Bruno no podía con todo, de modo que también debía trabajar desde aquí.
Me sentía agotado, nunca pensé que todo esto llevaría tantas horas y estresaría tanto, siempre creí que los empresarios vivían su vida de lujo, simplemente llegaban a sus oficinas y se sentaban a descansar el resto del día, que equivocado estaba.
—Ya te dije que no estoy en la ciudad capullo, cuando llegue quizás nos veamos pero no te prometo nada, ahora deja de llamarme, ¿me oíste idiota?— escuche a Avril decirle a alguien por teléfono, parecía molesta.
— ¿Problemas con tu chico?— me entrometí, entrando en la gran sala del hotel donde nos estábamos alojando.
—Brian, no—se rio, cortando la llamada —No tengo ningún chico, es solo un tío que me follo de vez en cuando, pero ya se está poniendo pesadito— Me reí de ella, agitando mi Martini.
—Bueno, quizás esta metido contigo hasta la coronilla, a veces los encuentros casuales suelen resultar mal—
—Pues no es asunto mío, nunca les prometo formalidades ni nada de eso a nadie— respondió molesta y me encogí de hombros — ¿Ahora me vas a decir que tu nunca te has acostado con nadie sin tener compromisos?— Pregunto.
—Claro que sí, pero siempre terminaban enamorándose y es ahí donde todo terminaba, llegado un tiempo preferí estar solo, claro hasta que apareció Gena y ya solo quise estar con ella— Avril puso sus ojos en blanco y sentándose a mi lado, pasó un brazo por encima de mis hombros diciendo:
—Ya que mañana no tendremos reuniones y será todo más tranquilo, ¿Qué te parece si vamos por unos tragos?— propuso.
—Bueno, estoy tomando esto aquí— dije, enseñándole mi copa.
—¡Ay pero eso no! además aquí preparan unos tragos horribles, conozco un bar, podemos ir, necesitamos desconectar un poco, estas estresado y yo también—
