4

1.9K 90 12
                                    

El resto del día pasa bastante rápido. Hoy no hay mucha diferencia entre una clase y otra ya que poco hacemos aparte de hablar sobre qué temas trataremos este curso. Durante el trascurso de la mañana conozco algo más del instituto acompañada por Lucas, Marta y Diego.

Resultan ser muy amables, apenas nos conocemos pero no lo siento así, son abiertos y charlan conmigo como si de la nada fuera una más, de hecho, enseguida consigo sentirme cómoda con ellos.

Los sigo hacia afuera y antes de despedirnos Marta es la primera en pedirme el número de teléfono para estar en contacto, así que eso hacemos. Yo he dejado mi móvil en casa, pero en cuanto llegue los agregaré a todos. Hasta estoy ilusionada, quizá esté haciendo un nuevo grupo de amigos.

Diego y Marta se alejan de la mano, Lucas en su moto. Yo camino hacia casa contenta, pensé en un día horrible y ha resultado ser todo lo contrario, tengo que meterme en la cabeza que debo ser algo optimista de vez en cuando.

Cuando llego a casa les cuento a mis padres cómo han ido las clases, pero, como tampoco es que haya sucedido nada del otro mundo, les termino hablando de los chicos que he conocido y un poco por encima del instituto.
Subo a mi habitación una vez que hemos terminado, tengo un libro por la mitad y no veo la hora de seguir con él, pero antes de abrirlo recuerdo algo: mi móvil, debo tener varios mensajes de WhatsApp.

Y así es, leo el primero.

Hola, chica tímida — no podía ser otro que Lucas. — Ya puedes guardarme en tus contactos.

Hola, chico idiota — Bromeo, aunque sigo sintiendo vergüenza por el momento de mi choque con ese profesor — Estoy pensando en cómo agregarte.

Eh... ¿qué tal, ''Lucas''? — Responde al momento.

Mejor... "chico idiota" — Sigo con el juego.

Sonrío, Lucas es divertido, y además, le estaré eternamente agradecida por ser el primero en dirigirme la palabra, quién sabe, si no lo hubiera hecho quizá habría estado sola y pérdida durante toda la mañana.

Me despido de él para darme una ducha, leer unos cuántos capítulos y organizar un poco el horario. Tengo que saber qué libros meterme a la mochila. Sí, también soy un poco maniática respecto al orden, pero eso es otro tema.

Veamos; Historia, Física, Educación Física... Un momento, ese profesor, el del choque, ¿será mi profesor? No estaría nada mal...

Mi móvil vibra sobre la mesa del escritorio.

Acabo de leer el horario, ¡te veo mañana a primera hora! ¿Qué tal eso de ser la nueva este curso? — Deduzco que es Marta, más que nada porque tiene una foto suya puesta en el perfil.

Genial — Tecleo con fluidez — Al final no ha resultado tan malo el primer día, en parte gracias a vosotros.

Sabemos lo que es estar en tu posición, así nos juntamos los tres hace un par de años y desde entonces somos inseparables.

Charlamos un buen rato más, me cuenta alguna que otra cosa sobre el instituto, cotilleos varios, también menciona a varios profesores, unos con mejor opinión que otros. Es raro que tenga tanto que hablar con alguien a quien he conocido hoy mismo, pero Marta tiene un carácter tan agradable que resulta difícil que te caiga mal.

Decido despedirme, o eso o al final tendré que irme a la cama sin leer ni un solo capítulo, y el libro está en la mejor parte.

A ver, es cierto que he leído el diario de Noah tantas veces que me lo sé de memoria, pero eso no quiere decir que no sienta lo mismo que la primera vez. Me transmite tanto amor y tanto sufrimiento a la vez... ¿es posible meterte dentro de un libro de esa manera? Yo digo que sí.

Cuando estoy más que dispuesta a seguir la historia de Noah y Allie, mamá me llama a cenar. Suspiro resignada, y, cuando llego a la cocina, descubro que tengo que poner la mesa.

Siempre hace eso, no sé cómo sigue engañándome después de tantas veces. Papá nos cuenta cómo va todo en su nuevo trabajo, el mismo que nos hace estar aquí ahora a todos.

Pero, quién sabe, quizá ha sido una pequeña parte del destino... ese mismo destino que suele ser caprichoso y nos pone delante nuevas personas. No sé, pero ahora lo veo todo de una forma diferente, ¿por qué no puede ir bien?

Te quiero sin querer, profesor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora