Cuento hasta diez una vez que despido a Fede, vale, ahora tengo que tener autocontrol y no delatarme a mí misma.
Me acerco a la cocina, donde mamá está recogiendo.
— ¿Cómo se te ha ocurrido invitarlo a cenar? — Le reprocho una vez dentro.
— ¡Pero bueno! — Se da la vuelta, defendiéndose — Parece un buen hombre y me ha parecido buena idea conocer a tu profesor.
— Mamá... no te imaginas el mal rato que he pasado — Muevo la cabeza a ambos lados — Por eso mismo, es mi profesor.
— No seas exagerada, no es para tanto. — Sacude la mano delante de mi cara, dando por terminada la conversación y volviendo a sus cosas.
Si, será mejor darme por vencida porque si sigo insistiendo quizá levante sospechas, y eso no me conviene.
Decido darme una ducha. El día de hoy ha sido largo y las piernas todavía me tiemblan por estar en la misma habitación con mis padres y Fede. Sí, todos entre cuatro paredes, qué locura.
Una vez en mi habitación compruebo mi teléfono móvil, veo un WhatsApp de Marta.
— Llámame cuando no estés ocupada — Y la frase va acompañada de un guiño.
Bueno, veamos a ver con qué viene ahora, puede que me hable de Lucas, Diego ya lo habrá dejado en casa, espero que en mejores condiciones, ¿cómo se le ha ocurrido? Llamo a mi amiga, descuelga enseguida.
— ¡Pero bueno! — Exclama— ¿Qué hacías con Fede en tu habitación?
— Estábamos hablando, tú misma lo has visto — Por teléfono sé mentir mejor.
— Ya, claro. — Suspira pesadamente — Y yo nací ayer.
Me echo a reír sin poder evitarlo, a veces es de lo que no hay. Es mejor que cambie de tema, así puede que se olvide de Fede.
— ¿Está Lucas bien? — Pregunto.
— Si, Diego lo ha dejado en su casa sano y salvo. No se lo tomes en serio, a veces hace estupideces y al día siguiente se arrepiente.
— Eso espero — Coincido con ella.
— Pero bueno, a lo que iba — Ya, este tema le interesa menos — ¿Qué pasó ayer? Lo último que supe es que pasarías con él la tarde.
— Fue increíble — Me sonrojo solo al recordar nuestro beso.
— Entonces, ¡os besasteis! — Se emociona— ¿Y cómo fue?
— Pues... simplemente perfecto. Él en sí es perfecto, ¿qué quieres que te diga? — Sonrío con los ojos cerrados.
— Sí que te gusta — Ríe — Es raro pero me alegro, ¿sabes? Más que nada porque podemos cotillear del profesor.
Hablamos un par de minutos más, Marta siempre consigue que ría a carcajadas y eso antes de meterte en la cama es de agradecer.
Estoy cansada, al final el día ha dado para mucho y ha sido largo. Un sábado distinto, fuera de la rutina.
Me pesan los párpados pero no puedo meterme en la cama sin antes darle las buenas noches a Fede.
— Hola pequeña, ¿todo bien? — Descuelga a los pocos segundos.
— Si amor, solo quería escucharte antes de dormir. — ¿Soy yo o ahora hasta mi voz suena distinta?
— ¿Te canto una nana por teléfono? — Bromea, soltando una carcajada.
— No es mala idea, pero prefiero que me la cantes al oído. — Madre mía, quien me iba a decir a mí hace unos meses que iba a estar diciendo cosas como estas.
— Ojalá, mi niña... — Pero Fede nunca me defrauda, porque por muy cursi que yo pueda ser, parece gustarle.
Ahora sí, puedo dormir de forma placentera y con él rondando mi cabeza.
***
Esa mañana me despierto tarde de nuevo, y cansada, muy cansada. ¿Tan agotador fue el día de ayer? Parece que no he descansado, quizá he tenido un mal sueño y no lo recuerdo.
Lucas me llama hacia mediodía para pedirme disculpas.
— ¿Podemos vernos?
— No creo que sea buena idea... — No me apetece en absoluto verle ahora mismo.
— Por favor, solo quiero compensarte por lo de ayer, y darte tu regalo de cumpleaños. — Insiste — Hice las cosas mal, lo sé.
— No sé... — Sigo dudando, no me hace mucha gracia estar a solas con él después del altercado de ayer, y a Fede tampoco le agradaría demasiado.
— Vamos... somos amigos y prometo que no voy a olvidarlo nunca más.
— Ven a casa — Mis padres estarán, por lo que estaré un poco más tranquila.
— De acuerdo, a las cinco estoy allí.
Cuando colgamos y bajo a la cocina, aviso a papá y mamá que vendrá Lucas a casa... aunque no les digo el motivo, solo que vendrá a pasar el rato.
— Estaremos en la sala de al lado — Le digo a mamá.
— ¿Lucas es el chico con el estudias, no? — Pregunta con una ceja alzada.
Asiento, ya sé lo que viene ahora.
— Viene mucho ese chico por aquí, ¿no crees?
Conozco muy bien a mamá, por su cara, sé que está pensando barbaridades, como que estamos juntos o algo parecido y descabellado.
— Solo es mi amigo — Aclaro una vez más.
Me observa, con esa mirada de que no es cierto nada de lo que le estoy diciendo, y cuando cree llevar razón, no hay nada que hacer con ella.
Lucas llega un poco antes de las cinco, le invito a pasar. Saluda cortés a mis padres y nos sentamos en la sala de al lado, yo siempre la he llamado biblioteca, aunque no sé el motivo. De vez en cuando leo ahí, pero tampoco le damos mucho más uso.
Le ofrezco un zumo y abrimos una bolsa de patatas fritas. Esto es muy incómodo y permanecemos en silencio varios minutos.
— Siento mucho lo de ayer — Susurra por fin.
— No entiendo porqué te comportarse así, Lucas, tú eres un buen chico y sin embargo... — Le miro frunciendo el ceño — Y encima bebiste.
— Lo siento. — Niega con la cabeza, sin mirarme — Sabía que te encontraría aquí, quizá con Fede, y no me apetecía estar sobrio y aguantando eso.
— Eso no es razón, Lucas. — Respondo, seca.
— Puede que no quisiera darme cuenta — Coge el vaso de zumo con más fuerza de la necesaria — Pero está enamorado de ti, por eso te mira de la manera que lo hace.
— Así es, Lucas... — ¿Cómo le digo esto? — Yo... quiero a Fede, con toda mi alma, lo siento aquí dentro, ¿sabes? — Pongo una mano sobre mi pecho. — Y a ti...te veo como un buen amigo.
— Ahora lo sé. — Asiente.
— No quiero perder tu amistad, pero necesito que nunca más hagas algo así — Le sonrío dándole un pequeño apretón en el brazo.
— Amigos, solo amigos — Sonríe también, aunque la sonrisa no llega a sus ojos — Supongo que no puedo meterme en lo vuestro... es una auténtica locura pero aun así os atrevéis a estar juntos.
— Ya bueno, pero, ¿qué es el amor si no la mayor de las locuras?
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Te quiero sin querer, profesor.
RomanceMíriam siempre ha sido una chica tímida y enamoradiza a la que le encanta leer y escribir, a la que le gusta soñar despierta. Hace poco su familia y ella se han mudado a una nueva ciudad, todo parece que va a ser complicado, pero nada es como ella...