A Lorenzo le fascina el dinero fácil.
Skarlett tan solo desea sentirse libre sexualmente.
Mientras ella ha pasado años enamorada, él cree haberla olvidado.
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Después de la trágica m...
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Solo había pasado un día, un pinche día, desde que esa rusa me había puesto la cabeza patas arriba. No entiendo qué chingados me ocurre con ella.
Quiero que vuelva, quiero perseguir su largo cabello, no me importa nada más. Odio no escuchar su voz por la casa, ese acento particular que alarga las vocales y convierte las erres en eles.
Desbloqueo el celular y busco nuestro chat. No he querido molestarla demasiado, debe estar cansada por el viaje y el cambio de horario.
Veo un mensaje de Sebas, probablemente algo sobre esa chica con la que está teniendo una especie de relación. Le contestaré después.
Me recuesto en la cama, mirando el techo. Recuerdo su sonrisa, la suavidad de su piel, y esa manera en la que me hacía sentir vivo, completo. Mis pensamientos vuelven a nuestro último momento juntos, el calor de su cuerpo, la promesa en sus ojos.
No puedo sacármela de la cabeza.
Finalmente, decido escribirle. Solo unas pocas palabras, no quiero parecer desesperado, aunque lo esté.
Yo:
"Hola, ¿cómo llegaste? ¿Estás bien?
Miss Rusia:
Hola, acabo de llegar a casa. Me debes unas fotografías, aunque si quieres puedes pasarme algún nude de compensación, 😉
Yo:
Me había asustado, creía que no me hablarías. Prefiero darte las fotos en persona, aunque tu propuesta me gusta.
PD: Extraño tus pezones.
No puedo dejar de pensar en ese bendito momento, en su boca entreabierta mientras se venía justo debajo de mí.
Miss Rusia:
Foto.
Me incorporo de manera instantánea, es la imagen mas sensual que he visto en mi vida. Skarlett está desnuda de cintura para arriba de pie frente a un enorme espejo. Su cabello blanco cae tapándole los brazos, dejándome ver sus preciosas tetas, tan bonitas como seductoras.
Y esos pezones rosáceos que tanto me gustó lamer. Algo me llama la atención, lleva mi collar. La cruz queda justo en su canalillo, y siento envidia por ese puto trozo de metal.
La foto es temporal, así que la desgasto con la mirada mil veces, hasta que suelto el dedo y desaparece.
Yo:
Creo que no eres consciente de que ahora me has puesto más cachondo que nunca, eres mala.
