No tardo ni tres minutos en darme cuenta de que Skarlett no está a mi lado. La sensación de vacío cada vez que no está cerca me asusta más con cada día que pasa.
¿Qué haré si algún día decide dejarme por haberla engañado? ¿O si prefiere estar con Yannick? La idea me atormenta, me aprieta el pecho como una garra invisible.
Salgo del cementerio antes de ver cómo introducen los restos de mi padre en el nicho. No necesito presenciarlo para saber que soy el único varón Rey que queda en la faz de la Tierra.
—¿Dónde está mi mujer? —pregunto al primer guardia que veo.
—Fuera, salió hace un rato con Fernández, los vi pasar, patrón.
Tras salir del cementerio, la voz de mi esposa se hace audible, cargada de una mezcla de frustración y desesperación. Ella está hablando en ruso con otra mujer, las palabras me resultan incomprensibles.
—¡Skarlett!
Su respiración es acelerada, pero parece que logra controlar la rabia. Veo que intenta abrir su bolso, probablemente buscando su arma.
—Tú debes ser Lorenzo Rey, encantada —dice la desconocida, acercándose para darme dos besos en las mejillas—. Debo admitir que haces honor a tu apellido.
Antes de que sus labios lleguen a mi piel, la retiro con un leve empujón en el hombro. Ella parece molesta por el gesto, pero rápidamente recupera la compostura y me sonríe con una expresión que mezcla lujuria y desafío.
—¿Quién chingados eres tú? ¿Quién te crees para venir a molestar a mi familia en un momento como este?
Skarlett intenta intervenir, pero la detengo con un gesto para que no hable. No es su lugar explicar nada en esta situación.
—¿Qué pasa? ¿No tienes palabras ahora? —le lanzo una mirada cargada de frustración.
—Natalka, la medio hermana de tu esposa, esa soy —responde ella con una voz grave y desafiante—. Sabéis perfectamente por qué he venido; vosotros dos sois de la misma calaña.
Paso un momento buscando algún rasgo de similitud entre las dos mujeres, pero lo único que encuentro es el color del iris. El de Natalka es opaco y carente de atractivo comparado con el de Skarlett.
En un minuto, Natalka detalla con todo lujo de detalles que no se irá de México sin recibir su parte de la herencia.
—Si tan inteligente eres, Natalka, deberías haberte dado cuenta de que en lugar de plata, lo único que obtendrás de nosotros es un balazo entre ceja y ceja.
—No, Lorenzo —interrumpe Skarlett con firmeza, llamando mi atención—. Es suyo, lo tendrá. Pero también quiere follar contigo, parece que no es tan sosa como parece.
Natalka despega los ojos del rostro de mi mujer para posarlos en el mío. Le vomitaría encima antes de tocarle un solo pelo.
—Lárgate de aquí —susurro con firmeza, empujándola hacia atrás. Deseo matarla con cada fibra de mi ser, y si dependiera de mí, no le daría ni un centavo. — Si por mí fuera, no recibirías ni un miserable peso. Y ten por seguro que jamás sabrás lo que es follar conmigo.
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La droga más pura
ChickLitA Lorenzo le fascina el dinero fácil. Skarlett tan solo desea sentirse libre sexualmente. Mientras ella ha pasado años enamorada, él cree haberla olvidado. ✦ • ✦ Después de la trágica m...