✦XXXI✦

7K 543 9
                                    

La lengua me pesa dentro de la boca y el paladar me sabe a hierro

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La lengua me pesa dentro de la boca y el paladar me sabe a hierro. Intento abrir los ojos, pero todo sigue nublado. Lo último que recuerdo es verme en el espejo, vestida de blanco, y luego un golpe brutal en la sien.

—¡Skarlett! ¿Dónde chingados has metido a mi mujer? ¡Zorra!

El grito de Lorenzo actúa como un faro en la oscuridad, guiándome a través del dolor y la confusión. Lucho por enfocar mi visión y reconocer mi entorno. Estoy en el cuarto de baño de nuestra habitación y todo mi vestido blanco está manchado de sangre.

No sé que me está enfadando más; si estar prácticamente secuestrada el día de mi boda o saber que este vestido irá a la basura.

El sonido de la puerta abriéndose me hace girar la cabeza. Una mujer con una actitud desafiante y una mirada fría se asoma, mostrando su presencia sin remordimientos.

—Tranquilo, paisano, la rusita está bien —dice la mujer con una voz cargada de desdén—. Tendrá una conmoción, pero no muy severa.

—¡Déjala en paz! —exclama Lorenzo, dirigiéndose a la mujer mientras sus ojos recorren frenéticamente el baño

Me esfuerzo por mantenerme consciente, el golpe en la cabeza me hace sentir mareada, pero las palabras de la mujer me incitan a intentar una fuga. 

Evito mirarla de primeras, centrando toda mi atención en Lorenzo. La imagen de él atado a una silla, con la camisa ensangrentada y la cara golpeada, me arruga el corazón. El puente de su nariz está morado y un corte en su ceja se desliza hacia su sien.

—No es mi sangre, Skarlett —dice Lorenzo con voz áspera, pero clara.

—¿Y de quién es? —pregunto, desesperada por entender la situación, mientras lucho contra los grilletes que me atan al calentador de toallas. Mis brazos están entumecidos y me resultan casi imposibles de mover.

—Es de un chico que estaba con él en el baño, muy guapo, por cierto —responde la muy puta con un tono de burla. Se acerca a él, colocándole las manos sobre las rodillas de forma despectiva. La mujer le dirige una sonrisa cruel, claramente disfrutando del sufrimiento que ha causado.

Lorenzo la mira con repugnancia, sus ojos reflejan una mezcla de furia y desprecio.

—Pero seguro que estoy mucho mejor que tu novio muerto, paisana —dice, con un desafío en su voz que intenta desviar la atención de su propio dolor.

Ella se inclina ligeramente, su sonrisa se vuelve aún más siniestra.

—Tu valentía es admirable, Lorenzo —dice, paseándole los dedos por el cabello de manera cruel—. Pero no será suficiente para salvarte esta vez.

La lámpara se estrella contra la mejilla de Lorenzo con un estruendo de cristales rotos. El sonido del impacto es ensordecedor, y los fragmentos de vidrio se dispersan por el suelo. Su rostro se torna aún más ensangrentado con varios cortes visibles, y el dolor en sus ojos es palpable.

La droga más puraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora