✦LXVII✦

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—¿Lo has meditado lo suficiente, Lorenzo? Sabes que podrás recibir información falsa y buscarte muchos enemigos si la cosa no funciona como queremos

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—¿Lo has meditado lo suficiente, Lorenzo? Sabes que podrás recibir información falsa y buscarte muchos enemigos si la cosa no funciona como queremos.

Germán tiene la razón absoluta, pero es la única idea factible para dar con el paradero de Skarlett lo más rápido posible. Hace un mes que no la tengo conmigo y me rasga por completo la idea de pensar en que pasen otros treinta días sin ella.

—Hazlo. Envía a todos los celulares que daré una alta suma de dinero a quién me facilite cualquier pista —digo abriendo el armero con la diminuta llave—. Y ahora, debemos prepararnos para nuestra visita al Congreso, tal vez el prestigioso fiscal Orlando tenga algo que decirnos.

La puerta del despacho se abre lentamente para que Yannick pase con una bandeja repleta de comida, rápidamente me guardo el arma en el cinturón y cierro el armero evitando que se tope de bruces con la realidad, ver una pistola junto con demás tipo de artilugios puede ser difícil de afrontar.

Germán se despide asegurando que en dos horas saldremos dirección al Congreso con los pases falsos que logramos el día anterior.

—Te dije que no tengo hambre, Yannick. Debo continuar marcando los pasos del plan para que nada salga mal, quizás debería añadir más hombres en la puerta lateral y delantera, creo que...

—¡Basta, basta, tío! Al menos dale un bocado al bistec, no podrás derribar ni una puerta si continúas perdiendo peso —Me extiende el tenedor junto con el cuchillo.

Ante el olor del almuerzo mi cuerpo me pide urgentemente que sea añadido a mi sistema, hace días que no como algo que no esté envasado al vacío.

Corto con torpeza la carne, me escuecen las heridas de las manos y los cortes en los nudillos de golpear caras y todo tipo de partes del cuerpo.

—He estado investigando en internet y no aparece nada sobre esa secta, pero he leído sobre otras muy parecidas y ninguna es mejor que la anterior, no puedo creer que Skarlett esté atrapada, ella parece el tipo de mujer que nada puede vencer.

—Sí, pero es una persona normal, aunque hará todo por sobrevivir, estoy seguro.

✦ • ✦

Las camionetas están repletas de armas y munición, les entrego a cada guardia un Walkie Talkie de alto alcance para que podamos estar comunicados en todo momento.

—Todos debéis actuar como verdaderos hombres de seguridad para proteger al fiscal, os quiero obedientes y serviciales hasta que yo diga lo contrario —explico con las manos agarradas al chaleco antibalas—. Yo estaré oculto en la suite, él si me conoce, pero a vosotros no, usad esa ventaja.

Ellos me dan la confirmación y suben a sus respectivos vehículos, Yannick se apoya en mi Jeep con las manos temblorosas dejando la marca de su palma sudorosa en la carrocería.

La droga más puraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora