Me siento desnuda, engañada y lo peor, no es la primera vez, si Yannick estaba besándose con esa mujer sin ninguna culpa, significa que es una de tantas otras.
Aunque él tiene razón, no podemos exigirle ningún tipo de exclusividad, no es nada nuestro, tan solo un amigo con el que pasamos ratos de intimidad, pero eso no disminuye el dolor que tengo instalado en el pecho.
Creía que significábamos algo para él, sobretodo yo. Su dulzura al hablarme, sus besos cargados de mucho más que deseo mezclados con sus bonitas palabras habían creado una burbuja ilusoria sobre mí.
Pero las burbujas estallan con tan solo rozarse contra un insignificante objeto punzante.
—Tranquilo, puedes quedarte aquí y cepillarte a todos —digo con intentando ser suave—. Pero, por favor, olvídate de nosotros.
Me acerco al oído de Lorenzo para pedirle que nos marchemos de aquí.
—Claro que sí.
Yannick se acerca, pero Lorenzo se lo impide empujándole y él acaba en el suelo. No intenta levantarse, tan solo nos observa con una mirada vacía.
—Eso no va a funcionar —murmura—. Lo vuestro no funcionará sin mí, soy vuestro motor.
—Juro que le voy a matar —Lorenzo parece una serpiente reptando hasta él—. Estas demostrado lo que, por error, había olvidado de ti. Eres un imbécil, nunca has valorado nada más allá de tu próximo ligue, el que nace infiel muere siéndolo.
Trago saliva. Me alivia no ser yo quién se lo diga, pero hemos sido el objeto de su engaño durante meses, aunque no pienso dejar que eso me pese en la conciencia.
—¿Yo soy la mala persona? —pregunta Yannick tratando de levantarse—. Vosotros... ¡dejadme solo de una puta vez!
¿Pero de qué va? ¿Nosotros? ¿Qué cojones le hemos hecho?
—Larguemos de aquí, cielo, tu cumpleaños es en media hora y no pienso dejar que lo desperdicies con este patán.
✦ • ✦
—¿Dónde me llevas? —pregunto al notar un olor muy característico.
—¡Bájate del carro!
Lorenzo aparca rápidamente y no de muy buena forma, abre mi puerta para extraerme como un saco de arroz. Aunque llevo tacones noto perfectamente lo que se introduce por mis pies haciéndome cosquillas entre los dedos.
—Uno, dos... —cuenta mirándose el reloj—. Tres, ¡feliz cumpleaños, Miss Rusia!
Su mano me atrapa por el cuello y la otra se aferra a mi cabello para besarme. Noto su beso tan apasionado como sensual. Justo en este momento siento que el tiempo acaba de detenerse, la adrenalina se apodera de mí y lo tomo por la parte trasera de su cabeza para acercarlo más a mí.
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La droga más pura
ChickLitA Lorenzo le fascina el dinero fácil. Skarlett tan solo desea sentirse libre sexualmente. Mientras ella ha pasado años enamorada, él cree haberla olvidado. ✦ • ✦ Después de la trágica m...