Capítulo 38

1K 146 8
                                    

Apreté los labios al escuchar el sonido de su voz. ¿Cómo supo que estaba aquí? ¿Por qué entre todas las personas, tendría que encontrármelo a él? Hubiera preferido mil veces que fuera Ayşe y no Hades.

—Supe que encontraste mi colección –me levanté de golpe con furia.

—¿Colección? ¿Le llamas a esa atrocidad que cometiste "colección"? ¡Estás enfermo!

—No es tan diferente a lo que tú le hiciste a aquellos hombres el día que te escapaste –apreté los labios.

Odiaba que me vigilara.

—Ellos eran unos violadores, se merecían ese castigo. En cambio, los chicos que mataste eran solo chicos, probablemente lo peor que habían hecho era drogarse a escondidas de sus padres –bramé.

—Me perteneces desde que naciste, soy tu dueño, y en este mundo no quedará con vida nadie que haya puesto sus manos sobre ti –apreté los puños.— mi colección está incompleta, solo le faltan dos cabezas –palidecí.— he de admitir que a Carlos no le hice nada por hacerme el favor de quitarte la virginidad, sin embargo...

¿Qué, qué?

—Él es parte de la familia –lo interrumpí.— Dios santo, cuando eso sucedió sólo fue porque si...

—Pero te tocó –su rostro se volvió siniestro.— y, como te dije, todo aquel que te haya tocado tiene su sentencia de muerte bajo mis manos.

—¡Pero tú ni si quiera quieres nada conmigo!

—¡Pero eres mía! –me tomó con firmeza por los hombros.

—¡No soy tuya! –lo empujé.— Estás loco –negué mirándolo.— puede que el universo me haya unido a ti, pero jamás seré tuya –lo señalé.

Granate Donde viven las historias. Descúbrelo ahora