Quiero recalcar que aunque menciono algunos datos sobre la mitología griega, mi historia no sigue al pie de la letra los mitos que ya conocemos. Digo esto para que no se sorprendan o se encuentren raro cuando algo no cuadre cuando lean los capítulos de aquí en adelante.
Besitos xoxo.
El día de navidad, Eros, papá, mamá y yo fuimos al bosque a practicar arquería, papá y yo éramos un asco en aquello, bueno, él más que yo. Sin embargo, mamá y Eros eran capaces de ganar las olimpiadas, le hacían honor a los dioses de los que descendían.
Recordé que Eros me flechó con Gabriel y que todo lo que sentí por él... era falso. Aquel recuerdo me hizo pensar nuevamente en él, estaba vivo a pesar de todo, y aún quería venganza por todo lo que él y los suyos le hicieron a mi familia, pero antes de eso quería disfrutar de los míos.
Sentirme normal por un momento.
¿Quién diría que querría sentirme normal cuando hace tiempo lo normal me asqueaba? Me gustaba ser bruja, amaba mis dones y la libertad que me proporcionaba convertirme en loba. Me gustaba lo que era, pero debía admitir que también me gustaban las actividades normales de los humanos.
Tenía lo mejor de los dos mundos.
Volviendo a Gabriel... estaba llena de rabia con él, así como también estaba dolida por cómo traicionó mi confianza, le haría pagar todo el daño que causó.
—¿Cómo rayos me flechaste con Gabriel? –le pregunté a Eros.
—¿Recuerdas el día en la feria? –lo miré mal.
—Creí que estabas con Ares.
—Y estaba con Ares, él me guardó el secreto a cambio de que le enseñara arquería.
Pequeño demonio, no le volveré a dar dulces a escondidas.
—¿Y cómo lo hiciste? No andabas con arco y flechas.
Él abrió su palma izquierda y con su mano derecha hizo un movimiento sobre su otra mano, haciendo que un pequeño arco y flechas del mismo tamaño se posaran sobre esta.
—Eran más grandes, pero los reduje porque sería muy sospechoso que alguien me encontrara en medio de la calle "practicando" arquería –levanté la ceja.
—Me voy a vengar, ¿lo sabes?
—Y yo me vengaré de tu venganza, ¿lo sabes? –contraatacó.
Hice que la rama del árbol a su lado lo tomara por el pie derecho haciéndolo colgar de cabeza.
—¡Perséfone! –exclamó mamá.
—Se lo merece –me defendí.— ¡ni se te ocurra! –bramé cuando vi las intenciones de papá de cortar la rama. Liberé a Eros haciendo que cayera "accidentalmente" fuertemente contra el suelo.— ¿eres padre de la diosa de la primavera y te osas a querer lastimar a uno de sus hijos? –miré molesta a papá.
—¿Hijos? ¿Desde cuando eres la madre tierra? –Eros se levantó.
—¿Y desde cuando cupido dejó de usar pañal? –contraataqué.
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Granate
FantasyIntentaron ocultarla, pero él ya sabe dónde está su doncella. Y no se detendrá hasta tenerla en sus garras. Su unión será como una granada, destrozando a todo aquel que esté a su alrededor, destrozando sus corazones, destrozándose a ellos mismos. La...