Capítulo 74

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Cuando llegue a casa, guardé la libreta de Gabriel en una caja. Hubiera sido lindo haberla guardado en una caja especial donde tuviera todas las cosas que significaban algo para mi, pero la verdad era que no tenía nada significativo... hasta ahora.

Suspirando, me senté en mi cama mirando hacia la ventana. El cielo gris amenazaba con que pronto llovería.

La puerta de mi habitación se abrió, dejando entrar a mi papá. Se sentó a mi lado en silencio.

Sabía que la razón por la cual vino papá y no mamá, era porque al igual que yo, papá se sentía culpable con lo sucedido. No dijo nada al respecto, pero la mirada se desasosiego que tuvo durante todo el funeral revelaba sus sentimientos.

—Lamento todo lo que causé –dijo después de un rato. Lo miré.

—No es tu culpa, son ellos o nosotros –le dio un apretón a mi mano.— es triste, pero es la vida que nos tocó, es supervivencia –besó mi frente.

—Eres la mejor versión de mi mismo.

—Creí que Eros era tu favorito –enarqué una ceja. Rió levemente.

—No tengo favoritismo con ninguno de ustedes. Pero, de los dos eres la que más se parece a mi, Eros, en cambio, salió a tu madre. Ambos tienen lo mejor de nosotros.

—Ya, pero, si tuvieras que elegir... –negó sonriendo.

—Eros es de tu madre, y tú, pequeño demonio, eres toda mía –besó mi mejilla.— eres muy fuerte, mi amor, estoy orgulloso de ti, de la mujer en que te has convertido –lo abracé.

—Tengo a quien salir.

El cansancio pudo más que yo y, después de mucho tiempo, pude dormir con total tranquilidad, en los brazos de mi padre.










(...)













El verano llegó y con eso, mi cumpleaños, el de Eros, mamá y el tío Apolo.

A diferencia del año pasado, no me encontraba motivada para nada este año. Lo que pasó hace un año fue el detonante para que tuviera la vida que tengo ahora.

La Perséfone de hace un año distaba mucho de ser como yo.

Es increíble las vueltas que da la vida en 365 días, es alucinante los cambios que pueden tener las personas. No tengo todo lo que quiero, pero soy feliz con lo que tengo.

Ahora tengo mucho más que hace un año, ahora SOY mucho más que hace un año.

Y, cuando me refiero a que no "tengo todo lo que quiero", hablo de Hades. Este cumpleaños habría sido perfecto con él a mi lado, pero las circunstancias nos orillaron a, por el momento, tener caminos separados. Mi única motivación hasta ahora era llegar hasta el otoño sin volverme loca.

En otoño se abriría el portar y así, podría bajar al inframundo.

Nuestra última discusión perdió sentido ya, lo extrañaba tanto que no me importaba, solo lo quería a mi lado de nuevo.

Decidí que como celebración (y para sentirme más cerca de Hades este día), el lugar de la "fiesta" sería el palacio, y digo "fiesta" porque no sería la gran cosa, solo estaríamos nosotros y las personas del palacio. No estaba de humor para grandes celebraciones.

Quise reír, la Perséfone de hace un año me golpearía ante semejante infamia.

A excepción de mamá y el tío Luka, los demás no habían visitado el palacio, por lo cual, sería divertido ver sus reacciones ante el inmenso y bello reino que gobierno.

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