Capítulo 66

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El no saber nada de Hades me estaba matando. La agonía que sentía en mi pecho debido a su ausencia me tenía incapaz de conciliar el sueño. Estaba consciente de lo importante que él era para mi (como mi alma gemela), pero esto que siento... va mucho más allá del lazo.

Tuve que perderlo para darme cuenta de lo que mi corazón sentía.

Estaba enamorada.

Me había enamorado de Hades.

Bastó su ausencia para que todas las cursilerías de las que mis padres y Eros hablaban tomaran sentido. Todo este tiempo estuve enamorada, pero mi orgullo me cegaba.

Estaba enamorada y esta vez no habían flechazos de por medio, era amor puro y genuino el que yo sentía por ese imbécil caliente. Hades fue más valiente que yo, no temió admitir sus sentimientos sin importarle si yo le correspondía o no, ahora me tocaba a mi sincerarme, pero para eso, debía encontrarlo.

Para mi buena suerte, Zeus se creyó toda la farsa que implanté en su mente. He ido a su habitación unas cuantas veces, pero nunca me ha tocado, todo gracias al hechizo que uso en él. Aquella mentira le gustó tanto que me mudó al Harem, en el cuarto de las favoritas.

Escuchaba los cuchicheos entre las concubinas cuando me veían pasar, decían que yo era una traidora por estar con Zeus en lugar de ir en búsqueda de Hades ¡cómo si fuera tan fácil!

Quise escapar, pero Defne me advirtió de que Zeus había puesto una barrera en el reino de la que nadie podía entrar ni salir, y, efectivamente, era cierto.

Zeus había organizado una celebración el día de hoy, dijo que nos tenía una gran sorpresa a todos, pero en especial a mi, me aterrorizaba lo que ese loco se traía entre las manos.

Defne se encontraba afuera, me estaba ayudando a encontrar a algún brujo que nos fuera útil para descubrir el paradero de Hades. En estos momentos extrañé a mi tío Luka. Honestamente no quise pensar en mi familia porque si lo hacía me pondría peor, al menos ellos estaba a salvo lejos de la vista de Zeus, no necesitaba más problemas.

Aunque... Eros, el tío Apolo y el tío Luka podrían ayudarme, ellos son brujos, el tío Apolo y Eros son tan poderosos como yo... pero joder, no podía salir y ellos no podían entrar.

Si el plan A no resultaba, ellos serían el plan B.

Algo que entristeció a mi corazón fue ver las flores del jardín secas, sin ningún signo de vida, Hades... mi Hades... intenté revivirlas, pero de nada valió, era otra persona quien tenía poder sobre esas flores.

Zeus me mandó a buscar, se estaba volviendo muy tedioso para mi lidiar con él con tanta frecuencia, me era difícil ser amable y coqueta con él cuando luchaba contra los impulsos de arrancarle los ojos.

Me regaló un vestido muy bonito color azul y joyas que lucían muy costosas, me dijo que me preparara para noche ya que la ocasión lo ameritaba. Mencionó que el vestido lo había mandado hacer exclusivamente para mi con los mejores costureros del pueblo porque al yo ser su favorita podía gozar de los privilegios.

Basura, ese vestido era lindo, pero no se comparaba con las preciosidades que Hades hacía para mi con sus propias manos.

Llegó la noche y con ello la música y los bailes, todos se mostraban sonrientes y alegres, como si lo que estuviera pasando no estuviera mal, ¿tan rápido se olvidaron de su verdadero rey? Malditos.

Zeus anunció que la sorpresa nos esperaba en el jardín, y, se abrió un agujero en el suelo, justo donde estaban las flores marchitas de Hades. Se escuchó un fuerte estruendo y del agujero salió Hades, las cadenas que rodeaban su cuerpo estaban rojas, me percaté de que la piel debajo de estas estaba al rojo vivo... lo estaban quemando, Dios mío. Él se veía mal, pero no lucía derrotado, la rabia, ira y odio eran fácil de ver en su mirada.

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