"Hasta Siempre Para Los Dos" (3x23)

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Tarkan Iskender Aga.

Una horrible gotera no me deja dormir.
Esta fría y oscura celda es peor que la bodega del barco en el que llegué aquí.
Todo es tan grotesco, las paredes de piedra y también el suelo a medio construir, unos enormes barrotes en la entrada y ninguna ventana.

¿En qué momento todo se fue al demonio?
Susurro sentado apoyado en mis rodillas viendo hacia el suelo.

Nada de lo que está sucediendo estaba entre mis planes, de casualidad descubrí la enfermedad del Sultán y sólo intenté ayudar.

Muchas veces de las mejores intenciones surgen los peores desastres.
Ese maldito judío nos traicionó, Dilruba intenta asesinar al Padre de Mehmed, y ni si quiera quisieron escucharme. Nadie quiso oír mis explicaciones, nadie me quiso ayudar.
Si tan solo Mehmed viniera a visitarme, podría explicarle que yo no maté al Gran Maestro.

El Maestro estaba invitándome a ser su aprendiz, mi vida estaba abriéndose a una nueva posibilidad: "Tarkan Iskender Aga, Aprendiz de Medicinas".

Era todo tan prometedor, y de un momento a otro todo se arruinó, mi sueño se esfumó.
Yo quería ser alguien más que un esclavo, surgió mi necesidad de aprender, de ser algo más, poder ayudar a los demás.
Al aprender sobre Medicinas podía ayudar a Mehmed con sus futuras enfermedades, si supiera luchar bien, podría defenderlo, y un sin fin de opciones que la vida me había presentado.

Dilruba mintió descaradamente diciéndole a los guardias que yo lo había lanzado, y ellos ni me escucharon, solamente me reprendieron y me arrastraron hasta aquí.

Uno de ellos dijo que todo era bajo las ordenes del Sultán. Eso quiere decir que él está bien, él no se envenenó.

Se abren las puertas del pasillo y oigo pasos acercarse. Me levanto y me acerco a los barrotes viendo un leve brillo de una corona.

¿Qué sucedió Iskender? —Pregunta Kösem.

No lo sé Sultana, pero yo le juro, por lo que más quiera, que jamás intenté matarlo.

–No lo hiciste, Ahmed no bebió de la medicina.

–¿El Sultán Ahmed?

–Si Iskender, también fuiste acusado de intentar envenenarlo, aparte de asesinar al Maestro.

Rompo en llanto y le doy la espalda apoyando mis manos en la muralla.
Puedo oír como ella hace sonar su nariz levemente y seca sus ojos.

Mehmed intentó quemar viva a Dilruba.
Suspira. –Él está encerrado en sus Aposentos, asi que no cuentes con que él vendrá a visitarte.

Me mira en silencio, hace un recorrido por la húmeda celda y se retira.




Príncipe Mehmed.

Vamos Iskender, yo sé que eres inocente, tú jamás asesinarías a mi Padre, juraste cuidarme, asesinarlo no sería cuidarme. Yo creo en tus palabras, o al menos de eso intento convencerme.

Tú me quieres Iskender, yo lo sé. —Digo al viento que entra por el balcón y sale por las ventanas.

Van a ejecutarlo, voy a perderlo para siempre.
Como es costumbre aquí nadie me escucha, ni me respeta, nadie me quiere oír, nadie me quiere ayudar, todos están haciendo vista ciega ante el evidente y enorme problema que se nos avecina.

Príncipe Mehmed. (Gay) (Reescribiendo y Corrigiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora