Príncipe Mehmed.
–¿Qué acaba de suceder, Príncipe?
—Pregunta Hande Hatun, apenas Iskender huyó de mis Aposentos. –Ese Aga acaba de entrar corriendo y luego se fue.–Es nada, no te entrometas, mejor continúa y terminemos con esto. —Le indico que deje sus ropas en el suelo y regrese conmigo.
El Sol aparece en el cielo lentamente, permanezco inmóvil en mi cama, recordando una y otra vez mi discusión con Iskender, y si lo pienso bien, fui bastante lapidario con él.
Creí que el Mehmed impulsivo ya no existía dentro de mí. Me levanto desganado y sin fuerzas, me acerco a las ventanas y abro las cortinas para intentar obtener energía del Sol.Hoy es un día tan perfecto y luminoso, es el ambiente ideal para que un Príncipe ascienda al Trono. Y es más que obvio que ese Príncipe no seré yo, y es muy lamentable.
Por más que tengo buenas intenciones y el ánimo de tener un mejor control, nadie está de mi lado, todos me han dado la espalda. Si tan solo Iskender me hubiese dicho el mismo día que mi Padre murió, hubiese podido persuadir a mi Madre para que yo tomase el poder, y no mi hermano Osmán.
Iskender, me traicionaste en un punto en el que jamás lo imaginé, pensaba que estabas de mi lado. Pero solo estás por tu cuenta, y a pesar que me molesté lo suficiente con él, como para llegar a discutir, mi corazón lo llama a gritos, intenté hacerme el indiferente con él, pero no lo estoy logrando, y no lo voy a lograr, no podré estar sin Iskender ni un solo día más.
–¿Tan pensativo? —Escucho esa pregunta desde la puerta. Meleksima cierra las puertas tras de ella.
–Vine para que me felicites, por mi gran logro.–¿De qué logro hablas? Demente.
–Hoy mi Osmán tomará el Trono, como corresponde, ya que es el Príncipe más apto para tomar el poder. —Se acerca fingiendo con su rostro un sentimiento de tristeza. –Que lastima que te ahorcarán, y nunca pudimos pasar una noche juntos.
–¿Si sabes que él está siendo escogido solo por ser el mayor de todos nosotros? Es el primer hijo del Sultán.
–Y aun que fuese por aptitudes y habilidades, aún así él es el mejor, tú no eres una competencia para él.
–Ya vete de aquí, por favor déjame en paz.
–No. Ya que morirás, quiero que aceptes que tu hermano Osmán ganó esta batalla, acéptalo.
–La batalla, si, con respecto a eso te doy toda la razón, pero él no ha ganado la guerra.
–No tendrás más batallas Mehmed, ¿Qué no lo entiendes? Tú morirás. Y tu Aga el entrometido también, ambos por fin desaparecerán de mi camino.
Aquella noche en la que ocurrió el incidente con las cartas y Gokhan cayó de la Torre de la Justicia, desearía que Meleksima también lo hubiese hecho, junto con Dilruba, Halime y también Safiye, todas al mismo tiempo, o una por una para poder así apreciarlas a cada una.
Acabé con su vida por Iskender, por ese sentimiento de culpa y de querer protegerlo. Todo eso en un arranque de histeria, simplemente, rompí su cuello.
Y ahora me siento traicionado por él, pero, ¿Vale realmente la pena estar lejos de él?
Cuando Hande Hatun me visita, aun que lo intente, siempre estoy pensando en Iskender, ya hasta creo que nos estamos enfermando el uno al otro, esa necesidad de querer verlo y hablar con él, está yendo más allá, es un sentimiento totalmente indescriptible.
Hablo de una obsesión tremenda que tengo con él.Al recorrer mi cuarto, puedo notar la ausencia de Meleksima, ella se marchó.
Jennet entra tímidamente al lugar.–¿Jennet?
–¿Si, Príncipe?
–Necesito por favor hablar con Iskender.
–Su hermana, la Sultana Ayse, también lo ha estado buscando, yo creí que estaba con usted.
–¿Por qué conmigo?
–Siempre se encuentran juntos, y bueno, anoche conversé con él y lo convencí de regresar con usted, me dijo que habían discutido.
–Bueno... Él si vino a verme, pero todo acabó peor. Ya pienso con más claridad y menos rabia, y necesito hablarlo con él.
–¡Cielos! ¿Dónde pudo ir ese muchacho? No durmió en sus Aposentos ni en ningún otro lado. ¿Es posible que se haya ido del Palacio?
–¿Marcharse? ¿Piensas que se fue?
–No quise decir eso, bueno si. Príncipe, yo realmente he venido para que presencie el anuncio del nuevo Sultán.
–¿Es hora de la coronación de Osmán?
Subo los últimos escalones de la Torre de la Justicia y logro divisar de espalda a mi Madre, a Ayse, Dilruba y Halime.
–Pero qué espectáculo. —Digo molesto.
–¡Mehmed! —Ayse se acerca a mi. –¿Has visto a mi esposo? Me preocupa que desde anoche nadie lo ha logrado ver, ¿Sabes si sucedió algo?
Me quedo callado viendo el suelo.
–Ven mi León, ponte junto a mí. —Me invita mi Madre.
–¿No piensas sonreír un poco? —Dilruba me mira alegre.
–Madre, debo resolver un asunto con Iskender, regreso en seguida.
Doy media vuelta y bajo por las escaleras, encontrándome de frente con Jennet.
–¿Dónde va tan de prisa? —Pregunta inquieta.
–¿Por el muchacho verdad?–Basta Jennet, si sabes algo, por favor dímelo.
—Da un largo suspiro muy frustrada. –Los guardias lo vieron salir anoche, intentaron impedirlo pero él huyó en dirección al Pueblo.
–¿Al Pueblo? ¿Cómo que al Pueblo?
–Mejor esas preguntas debería hacérselas a él, Príncipe. —Se acerca y comienza a susurrar. –Es mejor que se vaya rápido, las cosas aquí se pondrán muy feas.
–¿De qué hablas Jennet?
–Tu hermano Osmán, acaba de tomar un carruaje y esconderse, es una medida de seguridad de su Madre, pero pienso que usted también debería alejarse, solo espere recibir noticias nuestras.
La mirada de Jennet es tan seria y firme que opto por confiar en sus palabras, y me dedico a correr lo más rápido posible escaleras abajo para huir del lugar.
–¡Atención! —Escucho la voz del guardia a lo lejos, en la entrada del Jardin. –¡Su Majestad, Sultán Mustafá Khan!
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Príncipe Mehmed. (Gay) (Reescribiendo y Corrigiendo)
Teen Fiction(Reescribiendo y corrigiendo) Iskender, es un joven arrebatado de su hogar y llevado como esclavo a un mundo de opulencia y peligro. Su encuentro con el arrogante Príncipe Mehmed marca el comienzo de una relación turbulenta, marcada por la violencia...