Príncipe Mehmed. (Gay) (Reescribiendo y Corrigiendo)

"La Medicina Ha Llegado" (3x21)

Tarkan Iskender Aga.

Conversaba y reía junto con mi Príncipe en las carpas del jardín, hasta que fui llamado por su Madre de manera extraña.

Mehmed quedó preocupado, no le expliqué la situación y solo me marché siguiendo a la Sultana.

Nos acercamos a los Aposentos, me hace ingresar y cierra las puertas.

   –El judío llegó, Iskender, está aquí, está hablando con el Gran Maestro y están mezclando para hacer la Medicina de Ahmed.

   –¿Llegó tan pronto?

   –¿Lo preguntas feliz o molesto?

   –Lo siento Sultana, es solo que creí que tardaría más. Es emocionante pensar que ambos colaborarán en todo eso. Yo realmente admiro al Maestro.

   –¿Te gusta lo que él hace?

   –Eso hablaba con Mehmed afuera, le pedí que me ayudara a aprender nuevas cosas, quiero aprender a cuidarlo, equitación, o a preparar medicinas, debo saber cómo cuidar a mi Príncipe.

   –Que lindo cómo te preocupas de mi Hijo, Mi León, con su malhumor y su impulsividad, supiste ganarlo Iskender, lograste romper esa barrera de hombre fuerte que tiene.

   –Si me lo permite, es solo una apariencia, él es muy amigable y risueño.

   –¿Mehmed risueño? Eso jamás creí escucharlo antes.

   –Solo hay que aprender a entenderlo.

   –Estoy de acuerdo contigo Aga, Mi León no es dócil, salió a su Madre y a su Padre.

   –No lo dudo, Sultana. —Sonrío amable.

Kösem se pasea impaciente de un lado a otro tocando las palmas de sus manos.
Salimos de sus Aposentos para venir a los del Sultán, quien está profundamente dormido en su cama.

Mehmed aún debe estarme esperando en el Jardín, o quizás regresó al Harén o simplemente se marchó a sus Aposentos, aún no pasamos el tiempo suficiente como para saber a dónde irá o qué hará, aún tenemos mucho que conocer y descubrir el uno del otro.
Puedo reconocer que hemos sabido dejar de pelear por cualquier cosa, y cuando nos gritamos, luego estamos hablando otra vez, como si nada hubiese sucedido.

Esperamos que Isak Efendi y el Gran Maestro lleguen a dar las noticias con los resultados.
Mientras Kösem continúa dando vueltas, me acerco a la pared y miro a través de la ventana hacia el Río, intentando buscar tranquilidad y paz.

   –¿Estás seguro que funcionará? —Pregunta ansiosa e insegura.

   –Tengo fé mi Sultana. —Intento parecer serio, tratando de ocultar los nervios que me consumen desde adentro, ella no puede darse cuenta, debo transmitir seguridad, aun que ni yo mismo la tenga.

   –¿No le dijiste algo a mi hijo sobre esto verdad?

   –No, nada de nada.

Estuve a punto de contarle todo a él pero nos vimos interrumpidos, Alá sabe por qué hace las cosas.

Tocan la puerta dos veces, con Kösem nos acercamos y las puertas se abren. Ingresa el Gran Maestro con Isak Efendi, el médico judio.

   –¿Están seguros que funcionará?