"La Torre" (2x08)

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Iskender Aga

   –Yo le pido sinceras disculpas, Príncipe Osmán. —Iskender habló con desgano.

   –Todos hemos tenido episodios oscuros. —Le respondió Osmán viéndolo fijo.

   –Lo sé, pero aún así no está demás demostrarle mi arrepentimiento.

   –¿Te arrepientes de haberte equivocado al haber inventado esa historia de confabulaciones? Todo eso sonaba a un cuento para niños.

El príncipe no comprendía la magnitud de su ignorancia. No era consciente del riesgo que corría si la Sultana Dilruba se adelantaba a la jugada de la Sultana Safiye y ascendía al Príncipe Mustafá. Con eso, la vida del Príncipe Mehmed también correría riesgo, al igual que la de todos en ese palacio.




Se encontraban caminando juntos en el jardín privado. Habían recorrido todos los pasillos del palacio hasta llegar allí, pero no dijeron una sola palabra hasta salir al exterior, había sido muy incómodo para ambos, sobre todo para Iskender Aga.

No dejaba de mirarse las costras en sus nudillos, se avergonzaba mucho por la pelea con Gokhan Aga, pero en un rincón de su interior, se alegraba por haberle dado su merecido con sus propios puños.

No se trata de que no quiera mostrar mi arrepentimiento, príncipe. Son otros asuntos, que no quisiera tocar ahora mismo.

   –Soy todo oídos, aga. —Osmán le insistió con la mirada. Iskender suspiró con pesadez. –No me moveré de aquí.

–He estudiado este palacio. Comprendí que cuando un príncipe asciende al trono...

–Sé a dónde quieres llegar. —Pareció comprender enseguida.

–No tengo intención de ofenderlo.

–Descuida, no lo haces. Soy consciente de lo que hablas, aga. Te refieres a mis hermanos, ¿Verdad?

–Ellos serán asesinados.

Ambos voltearon a mirar a los príncipes Bayezid y Murad jugando con espadas de madera en el césped. La Sultana Kösem estaba sentada debajo de las carpas, tomando aire fresco como lo hacía de costumbre.

No es un asunto que te incumba, de todos modos.

Iskender pudo notar la falta de paciencia en el príncipe, sin embargo, aún así se atrevió a decirlo.

Quisiera exigirle algo. Príncipe, no lo haga, se lo ruego por Alá y sus milagros que no asesine a sus hermanos.

El príncipe volteó a verlo molesto. Las venas en su cuello parecían estar a punto de reventar. Sus ojos se abrieron a más no poder de furia. Se acercó al rostro de Iskender y lo amenazó.

Nadie le dice a un sultán lo que puede o no puede hacer, ¿Lo has entendido? He tenido mucha paciencia contigo desde la pelea con Gokhan Aga. Si me he comportado, es solo por que mi padre el sultán me encomendó solucionar todo. No vuelvas a interponerte en mi camino, Iskender, o no tendré piedad contigo.

Se marchó furioso del lugar, dejando a Iskender solo. Lo siguió con la mirada hasta que desapareció detrás de los pilares del palacio. Cuando regresó la vista a las carpas se cruzó con la mirada de la Sultana Ayse. Lo miraba curiosa, acababa de llegar al jardín y lo primero que vio fue a Osmán irse furioso.

Príncipe Mehmed. (Gay) (Reescribiendo y Corrigiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora