Tarkan Iskender Aga.
–Teóricamente, Mehmed fue a solucionar la disputa entre esos Agas y Yo. —Le respondo algo desconcentrado.
Bulent y yo recorremos los Jardines Imperiales mientras pasamos de un tema de conversación a otro. Rodeamos las flores de las Sultanas y pasamos por el arco de piedra para llegar hasta la laguna. Bajo la escalera siendo seguido de Bulent que salta todos los escalones. Pareciera tener mucha energía a pesar de todos los entrenamientos.
Rodeamos la laguna y llegamos hasta las murallas más abandonadas del Palacio. Con enredaderas en ellas y el camino de piedra está algo incómodo de usar por lo inclinadas de las piedras por las raíces de los árboles que le hicieron fuerza desde abajo.
–¿Dices que en esa arboleda diste tu primer beso?
–Aquella, si. —Señalo a cualquier árbol cercano.
El incidente ocurrió mucho más sumergido al interior de los robustos árboles, junto a las murallas mucho más abandonadas del Palacio. Como si nadie jamás las hubiese tocado alguna vez para limpiarlas.
Pensar brevemente a Gokhan Aga me produce cierta tensión en el corazón al recordarlo paseando por el Jardín o los pasillos, o sus comentarios sarcásticos, sus amenazas y sus repentinas apariciones.
El episodio de la Torre, esa noche eterna en la que parecía que jamás iba a amanecer. Ver su cuerpo caer siendo empujado por mí es un momento que intento no revivir en mi mente. Y el posterior incendio en el que con Ayse intentamos eliminar la evidencia y acusar a la Sultana Safiye, fue uno de los tantos planes que han fallado.
De todas maneras la Sultana vive exiliada en el Palacio de Lágrimas, no se le ha vuelto a ver por aquí, ni idea si seguirá con vida.
–¿Me estás escuchando Tarkan?
–Si Bulent, pero repíteme eso último que decías.
–Muy gracioso. —Suelta una risita falsa. –Seré pequeño pero no tonto, cuando contaste lo de tu primer beso te sumergiste en tus pensamientos. Estábamos hablando sobre que Mehmed fue a ver al Cuartel. ¿En qué pudo terminar eso?
–Conociendo a Mehmed y sabiendo cuánto me ama, puedo suponer que envío a unos asesinos a lanzar su cuerpo al fondo del Bósforo, para algo ese Río tiene tanta agua.
–Lo dices por experiencia propia, ya que casi te desangras en un bote amarillo, el cual fue aplastado por otro bote más enorme, y luego casi te ahogas en el fondo.
–¿Conoces mi vida detalladamente verdad?
–Te he dicho muchas veces Tarkan. —Dice tímido.
–¿Qué cosa?
Dejamos de caminar y lo veo frente al ver que titubea para terminar de decir la oración.
–Que-que a ustedes, a Mehmed y a ti, yo los admiro, y bastante. —Dice finalmente.
Le dedico una sonrisa y acaricio su cabello con mi mano.
–Fui el hermano menor en mi familia, y toda la vida pensé en tener otro hermano que ocupase ese lugar, pienso que tu serias perfecto.
Lo rodeo por los hombros con un brazo y retomamos el caminar en esa posición.
–¿Dices que me adoptarían?
–Mmmm, mi Madre estaría encantada, mi Padre no tanto, ya que tendría que cazar más para alimentarnos a todos.
–¿Crees que llegaré a mesa puesta? —Dice quitándose mi brazo de encima. –Yo se pelear, y usar el cuchillo, y el arco, y la espada. —Dice simulando tener cada una de las armas que menciona en las manos y pelear con enemigos imaginarios.
–No gastes tu energía en eso Bulent, debes regresar al Cuartel a entrenar. Por cierto, ¿Te has cruzado con los chicos de Berker?
–¿Hablas de Zeki, Can y Toygar?
–Si, siempre olvido sus nombres, pudieron ponerles unos más sencillos.
–¿Crees que tu nombre es sencillo de recordar Tarkan Iskender?
–Claro que lo es, Bulent.
–¿Y qué opinas de mi? —Sonríe tontamente.
–¿De Bulent? Opino que es un holgazán, que se escapa del Cuartel para ir al Palacio ya que solo anhela vivir como Príncipe. —Digo burlón.
–Basta. —Dice riéndose. –Mi nombre, me refería a mi nombre.
–Claro que eres recordable, Bulent. Tu nombre va acorde a tu rostro.
–¿Mi rostro?
–Si, tu rostro, a pesar que no lo eres, tienes un rostro de niño dulce y de alma pura.
–Si, pero eso es solo mi rostro. —Dice intentando sonar engreído. –Por que eso no es así, no lo soy.
–No, claro que no. —Digo intentando no sonar que me mofo de él. –No lo eres, para nada, pff, claro que no.
–¡Basta Tarkan! ¡Te desafío a un duelo! —Salta en el aire fingiendo darle una patada en la pierna a alguien. –Ay, mi pierna, me duele mi pierna. —Se burla del sujeto invisible al que lastimó.
En lo que va del día es la tercera vez que me desafía a una carrera. Las primeras dos veces respeté la cuenta hasta tres pero esta vez corro cuando aún no termina solo para ganarle.
Tomo mucha ventana de él y puedo escuchar sus reclamos por que hice trampa y que es injusto.Llegamos hasta el borde de la Colina y apreciamos el Pueblo a lo lejos y el Río lleno de barcos.
–¿Te gusta el océano Tarkan?
–¿Lo dices pensando en los barcos?
–Si, yo no viviría en uno de esos barcos. —Dice señalando los botes de carga a lo lejos.
–Son barcos comerciantes, existen diferentes tipos de embarcaciones, unas más grandes que otras, los vi en un libro y algunas tienen distintos camarotes además del espacio de carga, dignos de un Príncipe que deseé salir a las aventuras.
–¿Tendrías un barco?
–No lo creo, no le temo al mar pero... Supongo que no es de mis prioridades.
–Me alegra que no hayas dicho "Jamás".
–¿Y eso por qué?
–No se sabe qué nos depara la vida, tal vez más adelante seas un gran comerciante y recibas muchos barcos, o tal vez seas Capitán, o fregador de pisos.
–¿Fregador de pisos?
–¿Sientes que estás a la altura de Capitán?
–Está bien, seré el fregador de pisos, y tú el ayudante del Capitán.
–¿Qué hace el ayudante? ¿Da órdenes y regaña a los holgazanes?
–Algo así. Debes servirle agua y tender su cama, además de lavar sus vestimentas. —Digo intentando permanecer serio.
Ambos nos miramos en silencio y soltamos carcajadas. Bulent me empuja por el hombro mientras ríe. Escuchar su risa inocente e infantil me produce una extraña sensación de comodidad, algo así como paz interior. Mucha calma.
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Príncipe Mehmed. (Gay) (Reescribiendo y Corrigiendo)
Teen Fiction(Reescribiendo y corrigiendo) Iskender, es un joven arrebatado de su hogar y llevado como esclavo a un mundo de opulencia y peligro. Su encuentro con el arrogante Príncipe Mehmed marca el comienzo de una relación turbulenta, marcada por la violencia...