"Temores" (4x19)

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Príncipe Mehmed.

La muerte de mi Padre, Sultán Ahmed Khan, hará sucumbir hasta los más firmes cimientos de este Imperio.
Acabamos de perder a un gran líder, que conquistó, derrotó y firmó tratados de paz, todo con el fin de expandir y estabilizar todo lo que nos pertenece.

No tengo ánimos de hablar con Iskender, al menos no por ahora, mi Madre insiste en que debería darle un nieto, y quizás ella tiene razón, pero temo que el Trono, se encuentre vacío.

Veo las nubes pasar y los árboles mecerse. A lo lejos escucho ramas romperse por pisadas, me incorporo en la banca y veo a mi Madre acercándose a paso lento.

Me estira sus brazos y me abraza, para luego sentarse junto a mí.

Mi hermoso Príncipe, mi bello hijo, ¿Qué haces en el medio del bosque tan solo?

–Solo estoy pensando, Madre, y eso abarca estar a solas también.

   –No seas grosero conmigo, por favor.

   –¿Hay algo que necesites Madre?

   –Solamente quiero saber qué sucede con mi hijo, es por eso que he venido a verte.

   –Estoy haciendo un recorrido mental en todo aquello que me quita el sueño.

–¿Y puedo saber qué cosas inquietan tanto a mi querido hijo? —Pregunta en tono dulce.

Madre, el Trono está vacío, está de más decirte que eso es lo principal que me incomoda.

–Lo sé, hijo mío, pero no hay de qué preocuparse tanto, no lo estará por mucho tiempo.

Me silencio unos segundos y decido preguntar enseguida lo que me quita tanto el sueño.

¿No vas a subirme al Trono, verdad?

Mira el suelo decepcionada y niega con la cabeza. –No mi León... No lo harás.

–Madre, esta será mi última noche, mañana cuando Osmán asuma el Trono, hará que nos asesinen a mis hermanos y a mí también, no veo otra opción o alternativa más que huir con mis hermanos, eso es lo que haré, tomaré a mis hermanos y nos iremos de aquí.

Vamos, escúchame, no tienes que preocuparte ya por eso, la matanza de hermanos se ha acabado, y de ahora en adelante, ninguno de los Príncipes perderá la vida bajo las órdenes del Sultán. El fratricidio ya es parte del pasado, es historia.

No creo que seas tan ingenua, cómo puedes confiar en Osmán y permanecer tan tranquila, no lo trajiste a la vida, si quieres que mis hermano y yo sigamos con vida, soy yo quien debe tomar el Trono.

Hijo mío, debes confiar en tu Madre, ¿Crees que yo permitiría que los dañaran?

Yo solo espero que Alá ilumine nuestros caminos hacia un destino con abundancia de paz y tranquilidad, ya basta de tantas muertes y peleas

–Me alegra oírte hablar así, ten fé y todo saldrá bien.

Mi Madre se levanta y regresa por donde vino.

¿Qué será de Phelippe ahora mismo?
Él juró que Iskender y yo viviríamos felices en su reino, él tiene mucho carácter, siempre supo defender a Iskender con toda la caballería pesada.

¿Cómo siendo un Príncipe podía tener tal poder? No quiero imaginar todo lo que hará cuando se convierta en Rey.

No puedo quitar de mi cabeza a mi Aga, a pesar que me siento muy lastimado, lo mejor es que le mantenga distante de él, las últimas veces he reaccionado muy mal con él, y me asusta no lograr controlarme.

En el extremo de mi ojo veo la silueta de un Príncipe acercándose a mí.
Se sienta a mi lado, pero ninguno mira al otro, solo tenemos la mirada perdida en el fondo del bosque.

¿Estás ansioso?

–¿Tú si, Osmán? Hace mucho tiempo no venías a hablarme.

–¿Por qué iba a hacerlo cuando tú también puedes?

–Nunca hemos sido cercanos, eso tú lo sabes.

–Eso es resultado de tus insultos y faltas de respeto.

–¿Yo cometo faltas de respeto? —Ambos nos posicionamos de frente viéndonos a los ojos.

El futuro es incierto, y hemos crecido juntos en este Palacio, pienso que es hora de dejar todo eso en el pasado.

–¿Qué dices Osmán?

–No tenemos motivos para continuar esta pelea entre tú y yo, nuestro Padre murió, Meleksima está conmigo, ¿Qué más estamos esperando que suceda?

–¿Viniste a sacarme en cara que me ganaste con Meleksima?

–Te gané con eso y mucho más, pero no vine para competir. Las Leyes dicen que el hijo mayor es quien ascenderá a el Trono una vez fallecido o derrocado el anterior Sultán, y mañana, yo, Príncipe Osmán, hijo de la difunta Sultana Mahfiruze, tomaré el Trono y seré Sultán Osmán, por fin, y de una vez por todas.

–Y yo que creí que venías a hacer las pases. —Río levemente.

Es por tus celos y envidias, que tú y yo, jamás estaremos en paz Mehmed, en fin, solo quería decirte que mis hermanos y tú estarán bien, no tengo intención de quitarle la vida a ninguno de ustedes.

–¿Lo dices en serio? —Pregunto apenado.

Todas las fuerzas y energías para pelear y discutir se han ido desvaneciendo poco a poco, ni con él tengo ánimo de enfrentarme.

Puedes dormir tranquilo Mehmed, le prometí a mi Padre, y a nuestra Madre, la Sultana Kösem, que no les tocaría un solo cabello.

–¿Acabas de llamar Madre a mi Madre?

–Toda la vida lo he hecho, ¿Por qué te extraña ahora?

–Pues habías dejado de hacerlo, desconozco la razón, y la llamabas Sultana Kösem.

–Fue solo por un período de molestia y enojo entre ella y yo, pero ya hemos hablado y todo se aclaró, cuando ascienda como Sultán todo este Palacio cambiará, todos aquellos que van en contra de las reglas lo pagarán, no permitiré que ninguna persona haga actos indebidos.

–Me parece bastante justo, la verdad.

–Tú y yo estamos bien, por ahora, solo deberás obedecerme en todo como tu Sultán, y también evitar confrontarte conmigo, como debo hacerme cargo de muchas cosas, no te tendré la misma paciencia que te he tenido hasta el momento. ¿Hay algo que no te haya quedado claro?

Luego de negar con mi cabeza, él se levanta caminando altivo con sus manos tras la espalda, dejándome a solas rodeado de árboles, viento, y muchos tormentos en mi cabeza.

Príncipe Mehmed. (Gay) (Reescribiendo y Corrigiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora