Tarkan Iskender Aga.
Nos alejamos del Palacio y sintiendo un dolor profundo en mi corazón, con la sensación que una parte de mí se queda detrás.
Alá sabe que todo lo que hemos hecho es por el bien de los demás, nunca con intención de lastimar a propósito, aun que las cosas hayan sucedido así y lastimamos gente, fue solo algo que pasó.Phelippe nos sigue de cerca, va en el carruaje de detrás de los escoltas. Avanzamos largos caminos llenos de piedra e irregularidades, como si utilizaran muy poco estas rutas.
Creía que en la división del camino nos dirigiríamos al Pueblo y que podría salir de vez en cuando mi a recorrer y conocer, tanto tiempo llevo aquí y apenas conozco... Aquella Plaza... Y mis hermanos...
En esos recuerdos me encontraba siendo tan cercano a Mehmed, habíamos logrado recuperar algo de tiempo. Y en cambio ahora voy custodiado en calidad de sentenciado a pasar el resto de mis días lejos de mí Principe.
El carruaje toma la ruta de la izquierda, que asciende en la otra colina alejando el Pueblo de nosotros.Ingresamos al jardín en el interior de las murallas, y se detiene frente a una construcción, bastante grande y de color rojo, no es enorme como el Palacio, y tampoco es pequeña como la cabaña en la montaña.
Nadie vive aquí, estaré solamente yo, había otras personas pero el del carruaje me contó que se han ido.
Me acerco a las puertas en la entrada y con ambas mano las empujo. Dejando al descubierto un ancho pasillo lleno de cuadros y mesas laterales con adornos, y con varias puertas en los lados.
–La habitación es aquella en el fondo, la única puerta que se ve abierta. —Me indica el guardia.
Me disponía a caminar y Phelippe me alcanzaron diciendo que entrará conmigo.
–Es tal la angustia que siento, que me había olvidado de tu existencia. —Suspiro lamentándome viéndolo con tristeza.
–Todo estará bien, Iskender, vamos.
Caminamos a paso lento y en silencio, respirando la soledad que se siente en el aire.
En algunas pinturas veo personas con ropa muy similar a la de Mehmed, y hasta con un parecido en sus rostros. En cambio en otros, hay mujeres con enormes joyas y grandes coronas, que me hacen recordar a Ayse. Puedo asumir que son familia.Entramos al cuarto y Phelippe sacude la cama y abre las cortinas. Al dejar entrar la luz se ve el polvo volando.
–¿Qué nadie fue enviado a limpiar todo esto?
—Examina el cuarto.–Soy menospreciado por nuestro Sultán, ¿Qué más puedo pedir? Al menos no es una prisión en medio del Río o un cuarto sin ventanas.
–Toma asiento Iskender. —Se acerca a mí y se ubica sobre la cama. –Tú siempre contarás con mi ayuda, puedes escribirme cartas o incluso llegar de imprevisto a mi Reino, eres mi amigo ahora, y estoy viendo todo el mal que ellos te han hecho, no te lo mereces, por que eres bueno desde tu interior.
–Sabes bien que no puedo irme sin Mehmed, nunca lo dejaré aquí, no confío en ellos. —Bajo la mirada. –Las cosas han cambiado, puedo sentir un cambio dentro de mí que me motiva a continuar adelante, ¿Hasta qué punto? No lo sé, pero veo a una versión anterior de mí, aquel Iskender asustado, con poca astucia y que solo lloraba por regresar con su familia.
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Príncipe Mehmed. (Gay) (Reescribiendo y Corrigiendo)
Teen Fiction(Reescribiendo y corrigiendo) Iskender, es un joven arrebatado de su hogar y llevado como esclavo a un mundo de opulencia y peligro. Su encuentro con el arrogante Príncipe Mehmed marca el comienzo de una relación turbulenta, marcada por la violencia...