Tarkan Iskender Aga.
El terror va recorriendo cada parte de mi cuerpo, y mis ojos se van nublando mientras revive esa decapitación una y otra vez, mis oídos se inundan de un extraño zumbido, evitando que pueda escuchar el horrible silencio en el cuarto.
Las gotas de sangre ruedan por mi rostro llegando hasta mis ropas inferiores y luego cayendo a la sucia alfombra.
Ayse respira agitada y puedo notar cómo sus extremidades están tensas, se balancea de un lado a otro, liberando un poco del estrés que está sintiendo.
–Padre yo no, verás es que yo no... —Intenta hablar pero el Sultán la interrumpe.
–¡Cállate! ¡Cállense todos! ¡Iskender es un traidor, tú fuiste cómplice de este médico!
—Me señala. –¡Y lo pagarás! ¡Esa es mi orden!Caigo de rendido frente a ellos. Sintiendo mis rodillas húmedas y pegajosas.
–Ahmed, yo no soy quién para juzgar tus decisiones. —Habla Kösem. –Pero Isak Efendi admitió que Iskender no fue cómplice.
–Perfectamente pudo mentir, no seas ingenua Kösem.
–Por favor Padre, Iskender es inocente, él lo es, te lo suplico, entrégale tu Perdón. —Dice Ayse con la mirada en el suelo.
Kösem, ella y el Sultán se miran intercambiando miradas entre los tres.
Me intento alejar cada vez que pasan los minutos intentando distanciarme del filo de la espada que el Sultán Ahmed tiene en su mano aún. El ensangrentado filo de una espada sujeta con firmeza.Mi Mehmed se encuentra continúa inconsciente, él no sabe cuánto lo necesito, él no sabe que regresé, que su Aga está aquí, que Tarkan Iskender, está muy cerca suyo y que necesita de su compañía.
El sintiéndose solo y sin protección decidió acabar su vida, más que buscarme o intentar defenderme, decidió escapar por la salida fácil, y no lo culpo, mi Mehmed necesita de mi. Debo seguir con vida para él. Para estar a su lado cuando abra sus ojos.
Sumergido en mis pensamientos me jalan bruscamente llevándome a la realidad y escuchar las palabras de nuestro Sultán.
–¿Cómo puedes confiar tan ciegamente en los esclavos de este Palacio? —Le pregunta a Ayse.
–¿Qué pruebas tienes de su inocencia?–Yo le creo, Padre.
–¡Cómo puedes estar así de ciega!
–¡Basta! Ya no me grites, tú eres el Sultán del Mundo pero también eres mi familia, e Iskender también lo es.
–Cuando él intentó envenenarme luego de aliarse con Isak Efendi, no lo hizo pensando en mi en calidad de tu Padre, si no como Sultán, asi que no me pidas que te vea como una hija y a él como tu esposo.
Ayse observa a su Padre demostrado toda la decepción que está sintiendo, decepción y preocupación, todo puede escaparse de sus manos y ella nada podrá hacer. Sus manos tiemblan notoriamente.
Phelippe ha decidido no interferir en la discusión, aun que él tenga nada que ver con todo esto, se me hace extraño que aún ninguno de ellos haya preguntado con más profundidad el por qué de su presencia.
Podrían entender que él me liberó, que él asesinó a un par de guardias y algunos Jenízaros. Bueno, en realidad sus hombres, pero indirectamente él lo hizo todo.
–¿Te das cuenta en la situación en la que estás mocoso? —Se dirige a mi. –Responde cuando te hablo.
–Si, mi Sultán, lo comprendo. —Respondo apenas.
–Si mi hijo Mehmed se encuentra así como está, tan desvanecido, desesperanzado, vacío y agónico, es nada más que por ti, Iskender.
Sus palabras me lastiman como mil dagas en cada parte de mi cuerpo. Sus palabras son verdaderas balas de cañón destruyendo mis murallas, todo lo que sale de su boca, viene de su odio y desprecio por mí, pero nuestro Sultán se equivoca.
–Tú, Iskender Aga, no permanecerás en este Palacio, no lo permitiré. Pasarás tus días en la Fortaleza Rumelí, lejos de mí y de mi familia, y tú Ayse, no podrás ir a visitarlo tampoco, hasta que yo dé mi juicio y mi orden para resolver este asunto. Así que vete ahora mismo, los guardias te escoltarán. Y tienes estrictamente prohibido volver a acercarte a mi hijo Mehmed, o te las verás conmigo, no te atrevas a desafiar mi orden.
Todo lo que a Mehmed le ha sucedido es por que ninguno de ellos lo ha tomado en cuenta, todos ellos han preferido darle la espalda y regalarle un esclavo, que soy yo, para terminar con sus problemas, en vista que nadie jamás pudo gobernarlo, siempre acababan discutiendo con él e insultándolo. Y ahora pretenden que nos alejemos repentinamente, sin ningún aviso, sin ninguna justificación válida.
Él abrirá sus ojos y se encontrará de frente con esta sentencia, yo solo espero que lo logre soportar, espero que sea fuerte.
Nadie jamás ha entendido al Príncipe Mehmed, en este Palacio de lujos y privilegios, se han dado el tiempo solamente de guiar al Pueblo y todos los territorios de su Imperio, pero no de su hijo, nadie ha intentado descifrar las tristezas y penas del corazón de mi Mehmed, nadie. Nadie ha intentado comprender sus gustos y atracciones, él se encontraba en una etapa oscura y sin salida, juntos exploramos todo lo desconocido, juntos nos abrimos camino y aprendimos a entendernos y a querernos, soy su compañero y él el mío.
Él mismo ha reconocido que una de las características menos destacables de Kösem, es que ha sido buena Madre. Él mismo reconoce que ella le ha entregado más atención y admiración a Osmán que a él, eso es lo que siente, eso es lo que ve, y es lo que yo también veo.
Yo llegué a la vida de mi Príncipe para mejorarla, no para arruinarla. Todos me han hecho creer que soy un error, me han dicho que he sido inútil y han intentado eliminarme más de una vez.
Pero yo, Tarkan Iskender Aga, continuaré a su lado cueste lo que cueste, podrán alejarnos mil veces, y regresaré siempre a su lado, yo Iskender, lucharé por Mehmed, ya que quienes deberían hacerlo, no lo han logrado cumplir, a pesar de sus infinitas promesas.
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Príncipe Mehmed. (Gay) (Reescribiendo y Corrigiendo)
Teen Fiction(Reescribiendo y corrigiendo) Iskender, es un joven arrebatado de su hogar y llevado como esclavo a un mundo de opulencia y peligro. Su encuentro con el arrogante Príncipe Mehmed marca el comienzo de una relación turbulenta, marcada por la violencia...