"Iskender El Fugitivo" (5x02)

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Tarkan Iskender Aga.

Escucho los gritos de Mehmed exigiéndome que corra lo más veloz que pueda y que no confíe en ninguno de los Agas, acompañado del fuerte galopar de los caballos y el sonido de las armaduras y espadas de los guardias.
Cualquiera de esos Agas puede ser fiel al Sultán Mustafá y a Halime, no puedo fiarme de ellos.

Me levanto apenas de las plantas siendo seguido a lo lejos por un grupo de jinetes.

¡Detente muchacho! —Oigo en las lejanías.

Controlo mi respiración y mi braseo para no cansarme de más, avanzo esquivando los arboles y las ramas, los agujeros en el suelo y con mucho cuidado de no tropezarme con las rocas.

Escucho el sonido de sus arcos lanzando flechas, e incluso puedo ver cómo algunas de ellas resultan incrustadas en los árboles por delante mío.
El temor que recorre mi cuerpo pareciera ser que me da más fuerzas aún para continuar corriendo, y corriendo. Tal como me lo pidió Mehmed.



Tras haber descendido la montaña, me acerco a la zona del Río y me siento en una de las orillas, mientras veo a mi alrededor que ya nadie me siga.

¿Cómo se supone que llegaré con Kösem?

Poso mi mirada en el agua del Bósforo adentrado en mis pensamientos, pero me veo interrumpido por un pequeño charco de sangre en el suelo, sigo el recorrido y noto que viene desde mi mano, que a su ves viene desde mi hombro. El miedo recorre mi cuerpo.

   –¡No puede ser! —Grito por lo bajo.

Una de las flechas que me lanzaron los Jenízaros logró alcanzarme, y por el temor de ser alcanzado ni pude percatarme.
La flecha está más que incrustada en mi hombro derecho. Intento darme calma, y al hacer un recorrido por el lugar noto a un chico de mi edad observándome.

   –¿Te encuentras bien? —Se acerca a mí y toca la flecha. Me quejo de dolor. –Lo siento, era para examinar si estaba atrapada o solo en la piel.

   –¿Sabes lo que haces?

   –Vengo de una familia de judíos que siempre han estudiado el cuerpo humano y las enfermedades.

   –¿Tu familia sabe de Medicinas? ¿Podrán ayudarme con esto? —Señalo la herida.

   –La verdad mi Padre sabía mucho sobre esto, pero él ya se encuentra en el Reino de Alá, él perdió la vida.

   –Lo siento mucho. —Intento levantarme pero el dolor me lo impide.

Es como si al haberme sentado y relajado mi cuerpo, el dolor hubiese aumentado hasta diez veces más que al comienzo.

   –¿Cómo te hiciste esto? ¿Eres un rufián?

   –Soy un servidor del estado... Que intenta hacer lo mejor que puede para ayudar.

   –¿Es por eso que te intentan dar caza?

   –¿Vas a ayudarme con la flecha? Agradezco tu gentileza pero tengo que hacer algo muy importante y aún me encuentro lejos.

Príncipe Mehmed. (Gay) (Reescribiendo y Corrigiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora